A crisis de los medios tradicionales ha llevado a estos a moverse en esferas diferentes a las normales para conseguir el tan ansiado financiamiento que los lleve a tener una situación financiera estable, y salir de los largos periodos de números rojos. Lo que es interesante es que algunas de las fórmulas que parecen ser “modernas” e “innovadoras” se asemejan más a esquemas que utilizaron los medios hace ya bastantes décadas atrás.
Sobre todo en televisión, se ve un modelo de financiamiento que combina el esquema tradicional (avisos publicitarios) con la cada vez mayor injerencia de la producción de contenido destinado directamente a los intereses de estas marcas comerciales, así las estaciones televisivas han establecido áreas especiales para este tipo de producciones, resaltando sobre todo 13 Lab, de Canal 13, cuya misión es generar contenidos especiales para diversas empresas. Ya somos testigos de programas financiados por empresas de manera independiente a las estaciones, lo que involucra que estas estaciones toman un rol de programadoras más que elaboradores de contenido propio, ahora las marcas tienen el poder de decidir directamente el contenido de ciertos programas. De todos modos, hablamos de programas menores, que aún no definen las parrillas estelares de las televisoras.
Vemos a este esquema como moderno e innovador, y también exitoso, pero la historia si bien no se repite, esta rima. Tenemos que trasladarnos a los años dorados de la radio en Chile (años cuarenta y cincuenta) donde algunas de las principales estaciones radiales compartían el rol de ser emisores con contenido propio, pero también proporcionaban espacios importantes para programas de producción exclusiva de marcas comerciales, así podemos reconocer importantes programas radiales, como radioteatros e incluso noticieros, que eran producidos por los avisadores, o de manera directa o a través de las agencias de publicidad, esto se repitió en algunos espacios de la naciente televisión, allá en los sesenta, pero rápidamente los canales de televisión comenzaron a tener injerencia directa dentro de la elaboración de contenidos.
Así vemos como viejas prácticas se arropan de trajes nuevos para cumplir misiones muy similares, las de entregar un camino de financiamiento a los medios de comunicación que cada vez más está siendo aceptado y que ha ayudado a los alicaídos estados financieros de los medios tradicionales chilenos.