Y todo partió por una simple cuchara, sin embargo pasó al hostigamiento puro y duro. Esa ha sido la actitud negativa de Daniela Aranguiz en “El Discípulo del Chef”, el estelar de cocina de Chilevisión que, al parecer, privilegia los conflictos a que un trabajo en equipo.
Ambas, como buenas faranduleras, se dedicaron aberrantes comentarios a través de Instagram, entre videos e historias, en un nuevo lamentable y penoso espectáculo que empaña el rol de entretenimiento por parte del espacio a cargo de Carlos Valencia, exproductor de “Primer Plano”.
Sin embargo, esa mala onda mutua y tóxica se trasladó nuevamente a la cocina, y es que una fuente dentro del programa aseguró al sitio TiempoX que la exchica Mekano ejerció violencia física y psicológica a Perla Ilich. El anónimo informante dijo que habían llegado a los empujones e hizo bodyshaming llamándola de “cerda” y “guatona”. “Hasta el chef la mandó a la cresta…Fue a empujar a la Perla Ilich fuera de cámara, la Perla se puso a llorar, le dijo guatona, cerda”, dijo al citado medio, al mismo tiempo que aseguró que el ambiente tóxico que generó de la nada hiciera que el resto de los concursantes no quiera seguir.
Comentario editorial
Esta clase de peleas que, reiteramos, comenzaron a partir de una nimiedad, son las que espantaron a la familia chilena de los programas de la televisión de libre recepción en nuestro país. ¿Cómo es posible que en pleno 2021 dos mujeres famosas por tener un mal comportamiento en las instancias donde han participado sigan usando las mismas recetas de hace diez años, sin la repercusión de entonces?
Allá afuera hay muchas peleas, principalmente políticas en torno a la campaña de segunda vuelta. ¿La gente tendrá suficiente estómago e hígado para que, aparte de los comentarios fuera de sí de personeros como Gonzalo de la Carrera y Macarena Santelices, venga por añadidura un conflicto que nació, literalmente, de una pataleta?
Lo hemos venido advirtiendo hasta el cansancio, el casting de “El discípulo del chef” es propenso a buscar el escándalo como hace diez años, cuando quienes llegaban a “Fiebre de Baile” lo hacían por las polémicas que se creaban en la ya extinta atmósfera farandulera, amparada por la “lluvia de millones” que recibía dicha gente.
Mucha gente dice que hacemos “caricaturas” en torno a las figuras de la telebasura nacional, sin embargo sus actitudes en pantalla y muchas veces fuera de ella nos dan cada vez más la razón. Una lástima que el positivismo y la fiesta de “Quien es la máscara” conviva con un programa como “El discípulo…”, que más que un envío donde se haga trabajo en equipo, más parece una versión con ollas y sartenes de los realities del Mega. Si Princesa Alba toma la decisión de renunciar, será porque ciertos productores no han entendido nada.