El lamentable actuar de Daniela Aránguiz para con Perla Ilich en “El discípulo del chef” nos demuestra todo lo que aún no se subsana dentro de la industria televisiva nacional. ¿A qué me nos referimos? Desde un principio hemos venido alertando de lo altamente disonante que ha sido el casting tanto en la primera como en la segunda temporada del estelar de cocina de Chilevisión, y nuevamente el tiempo nos ha dado la razón.
¿Cómo puede ser posible que el uso de una simple cuchara haya desembocado en un berrinche de una de las involucradas, que luego insólitamente escaló a un cuadro de bullying y violencia verbal por parte de la ex Mekano? ¿Cuál es la necesidad de que ella acuda a los tribunales para intentar zanjar esto, a sabiendas que la justicia chilena debe ocuparse de temas más importantes como los robos de cuello y corbata?
La industria televisiva ha derrapado demasiado con enemistades nacidas por nimiedades, que terminan generando enemistades públicas que se desarrollan con dimes y diretes en pantalla y redes sociales. Esto, a la larga, genera un ambiente tóxico dentro del proyecto, la sensación de incomodidad de algunos participantes (ya desde la interna dicen que la pelea llegó a tal punto que nadie quería seguir grabando), y lo que es peor, la consecuencia directa en la salud mental de la persona que fue violentada sin siquiera merecerlo.
Estas situaciones al espectador común y silvestre termina con espantarlo del programa y rechazarlo de frentón. Cierto, es inevitable que ocurran discusiones o divergencias entre los participantes, ha habido en muchos espacios de este corte. ¿Pero que una pelea minúscula se agrande innecesariamente? ¡Incomprobable!
¿Qué queda por ahora? Esperar a que en “El discípulo del chef”, que sabian de antemano que con el tenor de la selección de sus concursantes iban a suceder estas cosas, la piensen dos veces antes de llevar a polemistas o bravucones a sus futuras temporadas. Ya les hemos criticado varias: La legitimización del narcotráfico (Helhue Sukni ni siquiera debería tener pantalla, es más, no debe ser glorificada por las redes sociales), el poco cariño que le ponen en el mismo corte de famosos, y ahora la pataleta de Aranguiz que desembocó en un innecesario hostigamiento. En buenrollismo, positivismo, trabajo en equipo y valores positivos transmitibles al televidente, “MasterChef Celebrity” les ha dado cancha, tiro y lado.