Esta noche en Chilevisión se transmite el tan postergado capítulo de “Podemos Hablar” en el que se rejuntó a los exintegrantes de uno de los puntales del poderío de la farándula chilena durante la década recién pasada: “Primer Plano”.
Una cantidad no menor de las redes sociales ha estado añorando los tiempos en los que, los viernes en la noche, la gente se entretenía viendo cómo dos modelos se peleaban en cámara por una nimiedad y por una cantidad generosa de dinero que, desde luego, pudo servir para cosas mucho más productivas. En las actas del Consejo Nacional de Televisión se pueden apreciar varios horrores que se cometieron en dicho espacio, sin embargo, nosotros hemos seleccionado una en especial: La sexualización de menores de edad.
Ocurrió en la emisión del 30 de marzo de 2012, en la que en el contexto de una nota en la que una persona conflictiva como Francisco Huaiquipan acude al hogar de Anita Alvarado. En la última parte de dicho material, se pudo apreciar como las hijas de la autodenominada “geisha chilena” jugaban bailando reggaetón y hasta en el caño instalado en la pieza de su madre.
Debido a esto, en el acta del 11 de junio de 2012, el Consejo Nacional de Televisión de la época formuló cargos a la televisora, entonces dirigida por Jaime de Aguirre Hoffa. El otrora ejecutivo se defendió diciendo que “la conducta no transgrede o violenta la dignidad de las hijas de doña Ana Alvarado (…) ya que no hubo una instrumentalización de las menores y menos fueron éstas utilizadas como medios para, a través de la exacerbación del morbo que puede generar en el público el comportamiento de las menores, captar el interés de la audiencia”.
Incluso justificó que se mostrara a menores, en este caso las hijas de la Geisha, bailando el caño, aseverando que “las menores, en su corta edad, no lo internalizan como una expresión de seducción y erotismo, sino como Pole Dance, por lo que al practicarlo no le dan una connotación sexual, sino que la practican como una actividad de entretenimiento”.
Y como si esto fuera poco, juzgó la labor del organismo diciendo que prejuiciosamente relacionan el caño con la prostitución, “siendo que miles de mujeres en el mundo lo practican como deporte”. Incluso fue más allá diciendo que, bajo el razonamiento del organismo, Chilevisión debió mostrar el resto de las actividades y no la escena de la discordia. “¿No constituiría esta actitud un acto discriminatorio al censurar una actividad artística que libre y espontáneamente desarrolló una parte de la familia de la Sra. Alvarado, solo porque -según el CNTV- en el “imaginario popular” el Pole Dance se asocia necesariamente a comportamientos de caracter eróticos?”, se justificó.
Los muchachos de Calle Mar del Plata no tomaron en cuenta ese descargo de De Aguirre -aún con lo extremadamente permisiva que fue en dicha época- y multó a CHV con 80 UTM de entonces, ya que a juicio del ente en el acta del 24 de septiembre, “existen elementos suficientes que permiten concluir que la selección de estas imágenes de las menores, para ser expuesta durante la emisión del programa, ha buscado exacerbar el interés y el morbo de la audiencia”.
Además estimaron que agravó la situación el hecho de que quienes estuvieron atrás de “Primer Plano” no hayan reparado que las personas que exhibieron eran de corta edad, las que por su situacion “carecen de desarrollo cognitivo suficiente y de las herramientas de análisis que les permitan discernir adecuadamente (…) respecto al daño a su imagen que su baile, en las circunstancias descritas les puede provocar”.