La noche del pasado lunes, mientras Elisa Loncón y Jaime Bassa hablaban del camino no exento de dificultades que han recorrido en el proceso de redacción de la Nueva Constitución en “Mentiras Verdaderas” de La Red, en el canal de al lado en el dial santiaguino, el programa “Me Late Prime” demostraba por qué la farándula es asíncrona con el Chile de hoy.
Y es que a la misma hora en que los presidentes de la Convención se referían a las noticias falsas que han recibido respecto a su labor, en TV+ la panelista Antonella Ríos peleaba gratuitamente con un peluquero, de nombre Javier Fernández.
En dicha oportunidad, el estilista dijo que la actriz estaba constantemente haciéndose la víctima por la vida. “Yo creo que tiene razón, dejémoslo que sí” dijo la protagonista de “Los Debutantes” con un notorio sarcasmo. Acto seguido, Sergio Rojas y Andrés Caniulef se burlaron de la presunta homosexualidad de la personalidad pública a las risas y hasta haciendo desagradables morisquetas.
“Si anda en bicicleta, de seguro que es gay” declaró el panelista, estereotipando a la comunidad LGBTQ+ y a la misma persona, en un enfrentamiento innecesario que no beneficia mediáticamente a ninguna de las dos partes.
Actualmente, la industria del entretenimiento está enfrentada en dos modelos: Una renovada que premie el talento por sobre la necesidad de fama, o bien seguir con la lógica de la actitud tóxica y la pelea gratuita. Claramente, la televisión chilena no está para eso último, y menos en estos tiempos.