Durante la complicada jornada de ayer, Chilevisión Noticias anunció para su noticiero central un reportaje a fondo acerca del “fenómeno Marcianeke”. Sin embargo, en horas de la sobremesa, su expareja subió una funa en su contra que incluye desde violencia de género hasta manipulación psicológica, incluyendo los consabidos vicios del talquino.
No obstante, y quizás sin conocer los antecedentes que se ventilaron en redes sociales, igualmente se emitió la entrevista que incluyó las voces de expertos en música como Nacho Lira.
No es primera vez que, desde la televisión chilena, se intentan levantar ídolos con una cuestionable calidad humana. Desde los negros tiempos de la farándula que se sigue la lógica de que no importa si la persona es un collar de melones, mientras sea rentable para el negocio al que durante años se fomentó con una verdadera “lluvia de millones”, como decía el periodista peruano Cesar Hildebrant. Y es que el prontuario de este sujeto es amplio: Choque de su lujoso auto en estado de ebriedad, peleas en hoteles, ostentación de sus vicios incluso en entrevistas en medios digitales, realización de fiestas clandestinas e inclusive la realización de eventos masivos que superaron el aforo permitido por las autoridades en tiempos pandémicos. Y ha sido una constante en este tipo de artistas, desde Pablo Chill-E hasta Kid Tetoon, este último que está en ese verdadero estelar de los funados que es “El Discípulo del Chef”.
Sin embargo, no deja de pasar por la mente del mandamás de este humilde sitio de televisión lo que sucedió hace aproximadamente un año con la fiesta clandestina de Cami, que fue ampliamente condenada por el medio e incluso incluyó graves insultos, como cuando Eduardo de la Iglesia la trató de “rockera al peo”. Todos los matinales, en cadena nacional, difundieron el proceso de detención de la artista y la hostigaron tanto que se tuvo que radicar en Miami, donde la han tratado mucho mejor que acá: Ha recibido los elogios de Marc Anthony y en los próximos días la veremos en el Festival de Villa María en Argentina. Sin duda aprendió la lección, aunque lejos de la patria cuyos circuitos televisivos tanto hostigaron (nobleza obliga, en la radio la tratan mejor) que no ha vuelto a salir en pantalla.
¿A qué voy con esto? Si bien si somos justos y balanceados ambos quebrantaron la ley en su minuto, solo una de ellas tuvo la resonancia y la condena de la pequeña pantalla. Mientras la intérprete de “Abrázame” fue duramente faenada por panelistas y conductores de matinales y atacada en transmisiones de streaming, el intérprete de trap a pesar de sus reiterados escándalos, ha recibido un trato más bien condescendiente. Por eso duele que mientras a una la tratan como paria del espectáculo nacional, le ignoran la denuncia por violencia de género que su expareja subió en Instagram Stories e igual se emite en su noticiero una nota donde ahondan en su fenómeno. Parafraseando a la campaña de Cristian Reitze en 1993, “dicen que todos somos iguales, pero en la práctica algunos son más iguales que otros”.
No se confunda: Lo de Cami, tanto como lo de Marcianeke, fue un error y no una inocentada. Pero una sigue pagando quizás qué culpas siendo marginada del medio, mientras el trapero es perdonado impunemente por la televisión local recibiendo entrevistas y generosos reportajes.