Acorn TV, el destino global definitivo para misterios y dramas sofisticados y bien elaborados de Gran Bretaña y más allá presenta la primera semana de marzo dos imperdibles.
Under the Vines, Temporada 1
Episodios 1 y 2
“Una comedia dramática cautivadora y luminosa”
The Sun
“Absolutamente encantadora”
West Australian
“Un drama refrescante y astuto lleno de humor”
The Sun
Rebecca Gibney (Winter) y Charles Edwards (The Crown) protagonizan este encantador y romántico dramedy acerca de un par de citadinos que heredan un viñedo poco exitoso en Nueva Zelanda. A pesar de que jamás haber experimentado un día duro de trabajo en su vida, deberán encontrar la forma de hacer que el Viñedo Oakley se convierta en un negocio próspero para poder venderlo e irse de ahí. Sin embargo, cuando empiezan a involucrarse en el proyecto descubrirán que nunca es tarde para madurar.
En el primer capítulo Daisy Munroe, estrella de la alta sociedad de Sydney (Rebecca Gibney, Wanted), y Louis Oakley(Charles Edwards, The Crown) abogado londinense, se decepcionan al enterarse que tendrán que compartir el viñedo que acaban de heredar en Nueva Zelanda y por si fuera poco descubren que está en ruinas..
Y en el segundo Daisy (Rebecca Gibney, Wanted), y Louis (Charles Edwards, The Crown) esperan que una visita al banco les ayude a resolver sus problemas financieros, pero descubren que incumplir con las reglas locales puede tener consecuencias.
Disfruta de los nuevos episodios cada semana, episodios 1 y 2 el 03 de marzo, episodios 3 y 4 el 10 de marzo y los episodios 5 y 6 el 17 de marzo.
Jack Irish: Las Películas
(Back Debts, Black Tide y Dead Point)
“Una serie noir fantástica que sabe reírse de sí misma”
The New York Times
“Un thriller inteligente y bien pensado”
The Wall Street Journal
“Extremadamente adictiva”
The Washington Post
Estas tres películas para la televisión (Back Debts, Black Tide y Dead Point), basadas en las novelas de Peter Temple, siguen los pasos del exabogado Jack Irish (Guy Pearce, Iron Man 3, Memento) quien se reinventa como investigador privado tras el asesinato de su esposa que no ha podido superar. Con la ayuda de una periodista inteligente y atractiva (Marta Dusseldorp, A Place to Call Home), Jack se sumergirá en lo más oscuro de la sociedad australiana y expondrá la corrupción entre los miembros de la élite del poder.
Jack Irish: Bad Debts
Un mensaje telefónico del ex cliente Danny McKillop (Simon Russell) no le suena de nada a Jack Irish (Guy Pearce). La vida ya es bastante difícil sin tener que desenterrar viejos problemas: su amado equipo de fútbol se ha mudado a otro estado, las contras frente a su última caída en la pista parecen demasiado altas y él todavía está resolviendo algo. Pero entonces Danny aparece muerto y Jack tiene que aceptar un viaje de regreso a un pasado oscuro y peligroso.
Jack Irish: Black Tide
A Jack Irish (Guy Pearce) no le faltan amigos, pero los miembros de la familia son escasos. Su esposa fue asesinada por un ex cliente y su padre es una foto desvanecida en el muro de la fama del fútbol del pub. Entonces, cuando Des Connors (Ron Jacobson), el último vínculo con su padre, llama para pedir ayuda en el asunto de un hijo desaparecido, Jack está feliz de echar una mano. Pero a veces los hijos pródigos desaparecen por alguna razón. Cuando Jack comienza a cavar, descubre que Gary Connors (Nicholas Coghlan) era un hombre con algo que ocultar. Y sus amigos son personas con secretos más oscuros y mortales.
Jack Irish: Dead Point
Jack ha regresado. Guy Pearce regresa en la tercera entrega de Jack Irish –Dead Point: basada en el premiado thriller del autor Peter Temple. Jack Irish (Guy Pearce) es un abogado a tiempo parcial, apostador y buscador de personas que prefieren permanecer perdidas. Cuando un juez de alto perfil, el juez Loder (Barry Humphries), le encarga localizar un misterioso libro rojo, Jack se ve envuelto en un mundo de sexies dueñas de clubes, narcotraficantes dudosos, chantajistas bisexuales y asesinos desquiciados. Cualquiera que toque el libro rojo resulta muerto. Jack debe seguir su instinto y retroceder muy lentamente y en silencio. Si tan solo el juez no fuera familia.