Desde 2019, Brasil se ha convertido en un país donde “todo ocurre y todo puede ocurrir”, como decía César Hildebrant. El fin de semana pasado causó revuelo e indignación una ordenanza del Tribunal Superior Electoral (TSE) contra Lollapalooza que prohibía a los participantes de su line-up dar cualquier tipo de consigna política, luego de un pedido del Partido Liberal (PL) al que pertenece el autoritario mandatario Jair Bolsonaro.
Resultó que el procedimiento finalmente se desestimó y de la manera más insólita, y es que un abogado del PL se había equivocado en el e-mail y en el CNPJ del festival de Perry Farrell, el cual hizo referencia a una empresa llamada “Lollapalooza Brasil Serviços de Internet Limitada”, la cual está inhabilitada desde el año 2018.
Con esto, el bolsonarismo una vez más, como si fuese una triste constante, hace el ridículo de una forma tremenda y la libertad de expresión, al menos esta vez, triunfó. Así lo demostró en Twitter la cantante Marina Diamandis, quien fue parte del Lolla local y quien fue una de las que se manifestó contra quien dirige los destinos de Brasil reivindicando a dictadores y régimenes fascistas.