La desubicada: Francisca García Huidobro

Cuando a la monarca de la farándula dura la confirmaron como jurado en “Aquí se baila”, muchos pensamos que ojalá la domestiquen y que tenga claro que los tiempos de “Fiebre de baile” ya pasaron. Lastimosamente, todavía sigue pensando que estamos en el país de hace diez años, ese donde la represión hacia el movimiento estudiantil se escondía tras un tongo o un escándalo de la modelo de turno, de esas que varias cuentas de Instagram hoy endiosan con anglicismos y haciéndola pasar por poperas gringas, lo que claramente es un insulto para esta última.
Que FGH no es capaz de superar a “Primer Plano” no es un secreto para nadie, es como el Cuchillo Eyzaguirre con “CQC” (irónico que quien también fuera parte de ese lujazo dosmilero llamado “Pantalla Abierta” hoy sea uno más de los violentos con acceso a redes sociales) o José Miguel Viñuela con “Mekano”. Por eso, y con programas de televisión, Instagram y sitios web a su favor, la “dama de hierro” (otro mal chiste de nuestra prensa de espectáculos, como cuando llamaban a Marlén Olivarí como “la gran show woman de Chile”) ha humillado a Valentina Roth tratándola de “suelta” y se ha peleado con bailarines profesionales. Los ha tratado de “llorones”, se ha burlado de las críticas a su labor y hasta se ha dado el lujo de decir que no va a cambiar su modo de evaluar. O sea, básicamente se tiró a Los Leones y por llegar a la Zona Franca o al Express de Lyon, terminó metiéndose en un terreno pantanoso.
El último gustito que se pegó la farandulita fue pelearse con David Sáez, quien acompañaba a Francesca Cigna en el estelar de Canal 13. A tal punto que se fue en contra de quienes la criticaban calificandolos como “el jurado del jurado” y abandonando su puesto en el momento en que eliminaron injustamente, a nuestro parecer, a la ex Morandé con Compañía. Y al día siguiente, comentando sobre algún tema país para intentar callar las críticas y hacernos olvidar su preopotencia. Siempre hace lo mismo.
La carepalo: Karla Rubilar

¿Se imaginan si en la televisión estadounidense, en medio de un gobierno progresista, los matinales más importantes lleven a exintegrantes del gobierno de Donald Trump, aún con causas pendientes en la justicia, para opinar sobre contingencia? Eso hizo esta semana “Mucho Gusto” al confirmar como panelista estable a la exvocera del gobierno de Sebastian Piñera.
Y no, no es cuestión de que sea de derecha o haya sido parte de un mandato cuestionable, que eso último también. En democracia toda voz debe ser escuchada, pero para ello hay que tener antecedentes limpios. Y la hija de Vicky Barahona las tiene todas: Desde la famosa reunión con la dirección de prensa de Canal 13 para hablar sobre los enfoques que deben tener durante el Estallido Social (cual Vladimiro Montesinos) hasta el uso de fondos públicos para financiar la campaña de su pareja, el periodista Christian Pino. Y lo curioso es que eso último lo denunció la misma estación a la que quiso manipular, o mejor dicho, a sus más altos ejecutivos como Cristian Bofill.
Por ello, es altamente cuestionable la presencia de Rubilar en el matinal de Mega, porque aún no ha esclarecido este lío denunciado por T13 en plena campaña. Todo mientras en los matinales de México y Estados Unidos, la tribuna se la llevan cantantes como Olivia Rodrigo, la flamante ganadora del Grammy.