En 2001 una figura llegó a revolucionar la TV nocturna con una estrategia muy simple: enseñar a bailar el hit del momento. La canción era “La mayonesa” y la figura era una joven llamada María José Campos, bautizada desde entonces como “Porotito Verde”, en el programa “Morandé con Compañía”.
Lo que tal vez no se sabe tanto es que la formación de Campos iba más por el lado de la danza contemporánea que por las coreografías televisivas. “Estudié pedagogía en danza, iba en quinto año, cuando paralelamente iba a clases en la academia de Valero, y apareció ‘Morandé con compañía’ en mi vida. Tuve que soltar a Valero porque se me acababa la energía, ya no dormía. Ya entrando en la TV la vida me llevó por un camino totalmente diferente a la danza contemporánea, de lo que no me arrepiento, porque lo pasé extremadamente bien y conocí Chile completo”, cuenta.
María José, quien se enamoró de la danza desde los 5 años cuando veía la programación de ballet de Canal 13 los días domingos después de misa, y luego se formó en gimnasia olímpica hasta que una lesión la hizo retirarse, dice que sólo se arrepiente de no haber vuelto a estudiar danza contemporánea. “Saliendo de Morandé, entré en una etapa muy personal donde me enemisté un poco con la danza y entré a estudiar Teatro. Yo creo que esa tontera fue porque Chile todavía es un país que te obliga a escoger, donde la versatilidad no es una opción. Hoy, con la distancia que entrega el tiempo, digo: en realidad soy artista escénica, amo el escenario desde la danza, desde la actuación, no quiero escoger. Me encantaría que la vida me permitiera seguir tomando clases de danza”, señala.
Pasaron los años, y su última vez bailando en TV fue en la segunda temporada de “Fiebre de baile”, en 2009, donde su acompañante fue Christian Ocaranza. “Estos 13 años he estado ligada al baile pero lejos de las clases técnicas, la vida me ha llevado por el camino de la zumba. Ahí lo he pasado bien y estoy muy agradecida, pero es un training totalmente diferente a la danza profesional”, asegura la bailarina.
Es por eso que, para ella, ser invitada a “Aquí se baila: Talento vs. Fama” es una oportunidad de recuperar todo el tiempo pasado. “Para mí esta invitación es un regalo. Ha sido un maravilloso reencuentro con la danza. Fui la última convocada, lo que me da mucha pena, porque tuve menos tiempo para ensayar. Pero acepté de inmediato”, cuenta.
Además, María José se confiesa una gran admiradora de la primera temporada del programa. “Yo soy fan. Considero que este programa es por lejos el nivel más alto de baile que se ha visto en televisión. Todos los finalistas para mí son ganadores para mí, hoy se están yendo todos por la puerta ancha. Por eso, me siento muy privilegiada de haber sido convocada y tener la oportunidad de habitar este escenario precioso”, opina.
En el escenario del estelar de Canal 13, su acompañante será Emilio Rubilar, bailarín maestro de ballroom recomendado a ella por el mismo Ocaranza. “Tengo la suerte de estar con un partner soñado que es no sólo mi partner de danza, sino que a estas alturas además termina convertido en mi coach sicológico también. Como llegamos hace poco, empezamos a dar un poco palos de ciegos, pero lo que teníamos claro es que yo necesitaba training y había mucho tiempo que recuperar”, dice.
Pese a que tiene claro el nivel del programa, incluso en esta segunda temporada que cuenta con más aficionados que profesionales, “Porotito” asegura no tener miedo. “Es muy corta la temporada, lo que es una lástima porque va a ser muy difícil adquirir y vivenciar un proceso tan necesario, desde el aprendizaje técnico, el training y el vínculo con tu partner. No me he querido hacer expectativas por la corta duración, sin embargo, voy al frente igual. Estoy tratando de dar todo de mí para subir a este escenario con el respeto que merece”, asegura.
Pero no sólo la zumba y los programas de baile ocupan el tiempo de María José. ¿Cuál es su otra pasión actualmente además del baile? “En estos momentos tengo un taller ‘Verde florido’, donde genero jardines con bajo requerimiento hídrico. Me quita el sueño la escasez de agua, espero lograr entender a la gente que el pasto no sólo no es la única opción, sino que ya no es una opción, estamos muy lejos del paisajismo inglés”, cuenta, y dice que no dejará de lado los jardines por el baile.