Lo que fue el eslogan de Telefé para su ultraexitosa temporada 2007, en la que resistieron bien a la gran polémica de Tinelli y su “baile del caño”, debe ser el leit-motiv de la televisión chilena para los años venideros. Porque se puede hacer buena tele, obrando con buena fe.
En estos momentos hay dos bandos irreconciliables dentro de la industria televisiva, y por qué no decirlo, del espectáculo nacional: Hay uno que intenta bajar a toda costa a aquellos que no vayan agrediendo por la vida, y cuando no da el tiempo para ello, incluso se intentan sabotear entre ellos mismos. Lo hemos visto sobre todo esta semana, con la guerra de panelistas entre “Me Late Prime” y “Zona de estrellas”.
¿Porque qué necesidad hay por parte de Raquel Argandoña de intentar buscar una pelea gratuita con Sergio Rojas? ¿Y para qué este último intenta apagar el fuego con bencina a través de redes sociales y las plataformas donde es parte? Mientras el espacio de TV+ (que recién estrenó sitio web informativo) recibe más y más desmentidas, hay que hacer que quienes formen parte sean la noticia, aunque eso implique mandar recados que solo causan una mala imagen sobre los mismos.
¿Y con qué derecho la hija de Kel culpa del fracaso de su docurreality en TVN a factores externos como un “sabotaje” de Loreto Aravena? Para empezar, hubo dos grandes problemas: Un canal estatal que agudizó la telebasura con docurrealities de los que solo trascendieron “Los Mendez” y otros que pasaron con más pena que gloria, y que la farándula se haya tomado incluso la televisión de todos, como si fuese el ATC menemista. Y agreguemos un tercer factor: El alto sueldo por el que hizo el espacio y que desde el canal ni siquiera transparentaron, por lo que las dudas continúan ahí.
Y mientras ellos siguen en su mundo tóxico, hay otro sector del espectáculo, ese de la “buena tele” que obra absolutamente desde la “buena fe”. Denise Rosenthal sencillamente la rompió en la Quinta Vergara y, cual “padrinos y ahijados” de “Martes 13”, la show-woman de nuestro tiempo le dio la oportunidad a tres artistas emergentes para ser sus teloneras: Anto Segovia, Vania Joplin y Loyaltty. Si no las conoce, muy pronto sabrá de ellas, y no podían empezar mejor porque que te apadrine la intérprete de “Cabello de ángel” genera el mismo efecto de Taylor Swift bendiciendo a Olivia Rodrigo.
Incluso dentro de los mismos espacios se impone la obra por sobre la odiosidad: En “Aquí se baila” el bando “talento” ha sido mucho más que el bando “fama”. Es como los “Autos Locos” y, en este caso, digamos que el farandulismo va en el auto de Pierre Nodoyuna y Patán. Con tal de que no usen trampa para poder ganar, que eso ocurrió en un capítulo de la recordada serie de Hannah Barbera.
¿Conclusión? La odiosidad dentro de la misma televisión solo se combate siendo críticos. Lo hemos hecho desde hace ya casi cuatro años, y seguiremos en esa senda, para que la “buena tele” se haga con “buena fe”.