Hace ya algún tiempo decíamos en esta tribuna sobre la incoherencia de la televisión local, hoy reafirmamos nuestras tesis pero desde otro prisma, pero que refuerza la idea de estar viendo una televisión que en vez de seguir una línea continua parece que presenta dos mundos bien opuestos. Nos enfocaremos en lo que las estaciones locales proponen en el horario matinal y en el segmento nocturno.
Ya hay un amplio consenso sobre la baja calidad que ofrecen los programas matinales, espacios de larga duración donde se lleva de manera lata, insistente y con tono sensacionalista los acontecimientos noticiosos del país. Lo que en un momento era un aporte positivo, que era el tocar los temas ciudadanos de manera franca y directa ha pasado a ser un motivo de cansancio y objeción por parte de expertos y los mismos televidentes. La discusión termina siendo una pantalla para personajes que solo buscan efectos políticos inmediatisas, sin ver los efectos negativos que traen sus propuestas, y peor aún, tratan de crear una falsa percepción de realidad en torno a un ambiente lleno de necesidades y que deben ser solucionados con medidas fáciles, pero de difícil aplicación o cuyas consecuencias son más nocivas que las mismas causas. El ejemplo claro de esto ha sido la fracasada propuesta de un “quinto retiro” de los fondos previsonales (que siendo claros, es la instancia para pedir el cuarto retiro), y que cada vez tiene menos asidero tanto en un plano económico pero también social. Para algunos analistas arrojan que estos espacios sólo han generado mayor espacio para medidas amparadas en la demagogia.
Por otra parte vemos que la programación estelar ha querido romper con la primacía de contenido extranjero que dominaba hasta hace pocos años en nuestras pantallas, se ha vuelto a poner en primer lugar la producción nacional y de espacios de entretención, necesarios para un país deprimido. También es loable que los esfuerzos se estén orientando a programas que respetan ciertos principios de tolerancia y respeto entre los participantes, alejandose de elementos nocivos que abundaban en estos espacios. También es cierto que se percibe cierto abuso en tramsitir un sinnúmero de espacios de buscatalento, las cuatro grandes estaciones están transmitiendo o preparando este tipo de programas, lo que hace percibir que aún queda mucho espacio para la innovación o generar un espacio algo más diferente, por último, también se percibe una falta de proyección de estos espacios más allá de sus competencias, promoviendo a los participantes en otros programas de los canales y sobre todo, convirtiendo a las estaciones en promotores de carreras de artistas, siendo estas su principal espacio de visualización pública.
Si estos objetivos quieren ser logrados, los canales deben entender que los espacios matinales y nocturnos deben ir de la mano, ya que esta sinergia puede ser positiva para una televisión que no se perciba solo como una repetidora de formatos que estén de moda y no una real intención de crear grandes talentos. Y para que esto sea posible, es menester que los espacios matinales tengan una nueva formulación, volviendo a sus formatos originales y que dejen de ser los actuales exponentes del sensacionalismo, la demagogia y el morbo que hoy representan. Muchos agradecerán ese nuevo paso.