Este domingo en un nuevo episodio de “De tú a tú”, Martín Cárcamo conversó en íntimo diálogo con la cantante nacional, María José Quintanilla, quien reveló duros momentos de su vida personal, contó emotivos pasajes de su carrera en el mundo de la música y desclasificó, por primera vez, su actual vida amorosa.
La conversación comenzó en la Escuela Ramón Freire de Maipú, donde María José realizó su enseñanza básica desde los cinco años, revelando que en este recinto, del que tiene lindos recuerdos de sus profesores, sufrió de “bullying” de parte de sus compañeros “nunca logré entender el fondo de la situación, pero, para mí, fue súper doloroso”. Contó que le rompían las cosas, le tiraban el pelo, nadie quería hacer trabajos con ella y, que a pesar de lo difícil de la situación, el colegio estableció un protocolo para apoyarla, en tiempos donde eso no era algo común.
Incluso, contó, que no quería ir a la graduación de octavo básico, sin embargo, su madre la convenció de que asistiera por agradecimiento a los buenos profesores que la educaron y la apoyaron en los momentos difíciles. En este contexto, Martín tenía como sorpresa el encuentro con su profesora Rosita Pérez, quien le abrió la mente en relación a los estudios y, al mismo tiempo, la familia de María José la acogió en su hogar cuando la profesora necesitó de ayuda.
Además, conversó de su fanatismo por Colo-Colo, revelando que iba a todos los partidos de su equipo preferido, incluso escondida de sus padres, hasta que fue sorprendida, pues apareció en televisión durante la transmisión de un partido; la animadora se sorprendió y emocionó con un saludo del jugador Esteban Paredes, de quien declaró era su ídolo.
Ya sentados en el living de la casa del conductor, fue el momento de hablar de su infancia, revelando que cuando ella nació, su padre fue desahuciado por el diagnóstico de Poliartritis Reumatoide, dolencia que en los años 90 no tenía tratamiento, por lo que María José en sus primeros años de vida siempre vio a su padre en la cama.
Finalmente, su padre encontró un tratamiento, donde él fue un enfermo de prueba, una especie de “conejillo de india” para ver si resultaban los medicamentos y así pudiese tener una vida con menos dolor durante esta dolencia.
En este contexto, la animadora confidenció que su familia viene de una vida de mucho sacrificio, pues antes que ella naciera, sus padres y hermanos mayores vivían en un campamento, en condiciones muy precarias, “condiciones dolorosas como… chupete que se perdía, habían ratones que se lo llevaban… fue doloroso”. Confesando que por esta razón ella estaba muy agradecida de tener un techo y lo poco que tenía, pues su familia venía de vivir una pobreza muy extrema.
La cantante reflexionó sobre su madre y el pilar fundamental que siempre ha sido para su familia, “mi mamá es súper buena para remar, cualquier cosa ella va para adelante, me acuerdo que una vez estuve mucho tiempo comiendo arroz con huevo, arroz con tomate y le pregunté a mi mamá por qué comíamos tanto arroz… ‘porque el arroz hace muy bien, hija’… mi mamá siempre generó un ambiente súper sano… ella generó este mundo paralelo donde todo estaba bien y solo tenía que preocuparme de barrer o de jugar”.
Uno de los duros momentos que vivió aún siendo una niña, cuando su padre fue hospitalizado para realizarse unos estudios, debido al mal estado de salud en que se encontraba y con muy mala movilidad, relató que cuando lo fue a ver al hospital no lo reconoció, “paso y lo veo y… fuerte… ese fue el primer pencazo… pasé por el lado y debo haber pensado ‘el abuelito’ y era mi papá y después fue heavy porque se deterioró harto… el viejo nunca se quejó, pero muchas veces lo vi raja, con dolor”, reflexionó María José con lágrimas en los ojos.
Estos dolorosos recuerdos fueron matizados con imágenes de su participación en el programa de TVN, “Rojo, fama contra fama”, donde recibió todo el apoyo de la producción y pudo cumplir el sueño de ver a su padre algo recuperado y lanzar su primer disco, “María José, México lindo y querido”. Frente a este video, la cantante con profunda emoción confesó: “Se me había olvidado cómo sonaba la voz de mi papá… uno va perdiendo esa capacidad de recordar la voz… se me había olvidado la voz de mi papá”.
En el 2008 la animadora vivió el duro proceso del fallecimiento de su padre de un infarto al corazón, muerte totalmente inesperada e impactante, que recordaron con la canción “Para siempre”, tema que fue creado en base a la relación de María José con su progenitor. Junto a este dolor, la artista tuvo que enfrentar en el velorio de su padre todo el acoso mediático de la prensa de ese entonces, que era muy fuerte, “yo sentí la culpa… el no poder llorar tranquilo, porque tenías todo el rato a alguien ahí… fue un alto costo para toda la familia y yo sentí que todo eso era culpa mía”.
Luego, Martín Cárcamo le pregunta por el amor y María José Quintanilla, por primera vez dice en televisión que está profundamente enamorada y que no le tiene miedo al matrimonio, pero no comparte la idea de casarse con fiesta y de blanco. La cantante contó que está en pareja, muy enamorada, “es rico sentirse cómoda, tranquila y relajada… llevo más de tres años”.
La animadora confesó que su pareja, el cual no pertenece al mundo del espectáculo, es kinesiólogo y lo conoció porque era amigo de su hermana, nueve años mayor, pero esto nunca fue tema para ella. Lo conocía desde niña, siempre le gustó, pero por ser amigo de la hermana, no lo miraba, “yo sabía que había algo”, relató.
Hoy, María José y su pareja, viven juntos y como lo comentó la artista, “yo tenía susto, porque soy quisquillosa con ciertas cosas… pero algo pasó y la convivencia funciona perfecto”, comentó.
En relación a esto, reflexionó sobre la maternidad, revelando que, para ella, es un tema complejo: “Me da susto la maternidad… uno tiene que separarse un poco de lo laboral y lo laboral, todo este tiempo, ha sido mi gran hijo, me siento un poco egoísta”; contó que frente a estas dudas recurre a las mujeres de su familia que ya tienen cierta experiencia, “me dicen va a llegar, cuando tenga que llegar”.
Cambiando de tema y ya en la terraza, María José Quintanilla comentó que su primera aparición en televisión fue en el programa de Canal 13, “Bravo Bravissimo” en el año 2001, donde ganó y este triunfo la llevó a cantar en la versión italiana del mismo programa, una gran experiencia donde compartió con niños de todo el mundo, regresando a Chile con la idea que esto era lo que le gustaba y quería continuar en el mundo de la música.
Luego de esta experiencia, ingresó al programa “Rojo, fama contra fama”, donde permaneció cinco años y comentó que fue maravilloso, “era entretenido, yo lo pasé muy bien… fue bonito porque fue acompañado de mi familia y fue consciente de que estábamos construyendo algo, yo estaba feliz, porque al fin había encontrado lo que me gustaba”.
Otro paso importante en su carrera fue su participación en el Festival de Viña del Mar de 2004, a los 14 años de edad. Viendo las imágenes del Festival, María José recordó ese momento: “Sentía que tenía que demostrarle a mi equipo que estaba en las grandes ligas, porque era Viña… por lo que ensayé mucho y me preocupé que nadie me viera muy nerviosa… tenía mucha ansiedad de subirme luego y ver qué pasaba, porque yo sabía lo que teníamos preparado, pero no sabía lo que iba a pasar en el escenario”.
Desclasificó que le gustaría volver a cantar en Viña del Mar, porque siente que hoy tiene más herramientas para subirse a ese escenario, “Viña del Mar significa una plataforma para mostrar nuestro trabajo, pero para mí es nostalgia, porque me vio pequeña, pero es un escenario al que le tengo mucho cariño y mucha nostalgia por él”.
Uno de los momentos más increíbles que ha experimentado esta artista, fue lo vivido con el cantante mexicano Juan Gabriel, quien le envió un e-mail a su hermano, Pepe Quintanilla, que era su representante, para que María José fuera a grabar, junto a él, en su casa en Cancún.
Estando allá, conoce al astro mexicano y después de algunos días, a las 3:30 horas de la madrugada, suena el teléfono donde estaba hospedada y le piden que vaya a grabar con el cantante, quien la recibió y la llevó al estudio, “terminé grabando tres canciones a las 5:30 de la mañana y en el estudio tenía al lado, de vocal coach, a Juan Gabriel… maravilloso… lo que yo estaba viviendo era el sueño”, reflexionó Quintanilla.
En relación a la música y a los sueños, María José comentó que hoy sus sueños se relacionan más con lo emocional, “estoy cumpliendo mi próximo sueño, que es comenzar a componer, a ser más compositora, afinar un poco el lápiz y meterme un poco más en la historia de una canción, y ocupar de canalizador la música”. Agregó que desea llevar su música a donde ella quiera, volar a todos los lugares porque la música es un lenguaje que sirve para todos, “la música es nuestra alma”, sentenció.
Finalmente, María José Quintanilla tuvo el privilegio de interpretar, junto a nueve mariachis, “México lindo y querido”.