En una emotiva entrevista con La Segunda en donde da cuenta de su balance al cumplirse un año de su elección, y a 10 meses de asumir el cargo, la Alcaldesa de Viña del Mar Macarena Ripamonti dió detalles del tinte que va a tener el Festival de Viña del Mar.
Y es que después de dos años de suspensión por motivos pandémicos, ella sabe perfectamente que este debe ser el desquite real. Y no es para menos: Cambió el país y, en el intertanto, debe centrarse en el enfoque en lo que realmente importa, que es la música.
Así lo dio a conocer en el vespertino del Grupo El Mercurio, en donde ha dicho que la mesa de organización del certamen avanza, aunque todavía no puede decir los nombres que se han propuesto sobre la mesa. Lo que si esbozó es que “va a tener un componente social importante” en donde además participarán los “grupos excluidos en todos los festivales anteriores”.
“Se tiene que hacer cargo de todo lo que ha pasado estos dos años” dijo quien es la tercera figura política mejor evaluada según la Encuesta Cadem, y en ello se centra en “los grandes eventos como la pandemia, que nos cambió la vida de un día para otro, y también del estallido”.
“Tenemos que hacer un recuento, con nuevas voces que han acompañado los dolores de aún no se han satisfecho. Debe ser una apuesta profunda que tiene que conmovernos y salir al mundo”, agregó.
Ripamonti cierra su adelanto del Festiviña siendo tajante: “No podemos hacer como que nada ha pasado. Antiguamente había un desfile de anillos, y en los cerros, ollas comunes activas”. Obviamente se refiere a la Gala del Festival, que tiene tanta o más audiencia que las seis noches concretas del show, pero en donde varios de sus participantes o invitados poco y nada tienen que ver con el evento ni la industria musical en sí.
“Tiene que ser un festival responsable y no desbordar cosas que puedan hacer sentir mal a las personas que tienen necesidades. Este festival tiene que ser el más importante y tiene que decir muchas cosas también”, concluyó la edil.