Cuando estás a cargo de un canal de televisión debes tener claro que cada acto tiene su consecuencia, y si no estás preparado para afrontar lo que significa una seguidilla de errores a causa de malos manejos, solo queda agachar el moño. Está claro que el Consejo Nacional de Televisión, a meses de haber asumido Faride Zerán en la presidencia del organismo, ha hecho una encomiable labor en sancionar los despropósito de una televisión abierta que en matinales y noticieros ha dado rabia y pena a la vez.
Sin embargo, hay dos cosas que llaman poderosamente la atención a este medio de comunicación enfocado en los ires y devenires de la industria televisiva. El primero es que creyendo que ellos siempre tienen la razón, tienen el toupé de acudir a la Corte de Apelaciones para revertir multas por coberturas erráticas, muchas de ellas vinculadas a la ultraexplotada “crónica roja”. Y la gran mayoría de esas jugadas salen desfavorables para las estaciones.
Y la segunda es… ¿Convendrá solo pagar la sanción económica correspondiente y, sumado a ello, culpar al empedrado? A comienzos del año pasado, La Tercera publicó un reportaje en donde Canal 13, TV+ y el expresidente de Anatel, Ernesto Corona, había formulado duras críticas a la gestión de Catalina Parot por la aplicación de estas penas que varían entre los 100 y 200 UTM. “No entendemos muy bien si hubo un cambio de criterio o sentimos a veces que nuestros argumentos en cuanto a la multas o incumplimientos no han sido bien entendidos”, dijo Martín Awad quien está a cargo de la estación de Avenida Kennedy, mientras que Maximiliano Luksic había propuesto incluso pasar el horario de protección al menor a las 21:00 horas con fines comerciales.
Sin embargo quien fue más allá fue Corona, quien había aseverado que el Consejo “tiene obligaciones que debe resguardar, pero no debe bajo ningún aspecto coartar la libertad editorial responsable que tienen los canales”.
Convengamos en que Ernesto viene de la vieja guardia de los ejecutivos televisivos, de ese conservadurismo noventero de la elite y que, por eso, su visión es decir que el CNTV está mal y que sus criterios para aplicar sanciones son arbitrarios. Por lo mismo, Pablo Vidal que es una persona que viene del progresismo y con una mirada más abierta, debe llegar a un acuerdo con Zerán para exhortar a los canales de televisión a que mejoren la calidad de los contenidos y se tomen medidas concretas para que el tratamiento de algunos temas, más en horario de protección al menor, sea el adecuado y no se cometan excesos de cualquier índole.
Para que se haga una idea, la pena máxima que hemos constatado en cuanto a multas es de 200 UTM, eso equivale a 11.352.400 pesos chilenos. Desde la perspectiva económica y tomando en cuenta que hay que tener un colchón fuerte y saber invertir, es mucho de dinero y más aún si el canal cae en la reincidencia, como es el caso de Mega.
En este sitio que ya lleva cuatro años contando todo y dando su visión crítica de la televisión chilena, creemos que no solo hay que pagar la multa y salir a los medios culpando al empedrado, sino que buscar soluciones de peso para ayudar a subir el nivel de los contenidos televisivos.