Este domingo, Martín Cárcamo conversó con el gran músico y pianista nacional Valentín Trujillo, quien a sus 89 años nunca había dado una entrevista en profundidad como la realizada en este nuevo episodio de “De tú a tú”.
Martín Cárcamo se trasladó, esta vez, a la casa de su invitado, el reconocido pianista Valentín Trujillo Sánchez, quien lo recibió al lado de su piano y con una corbata especial, cuyo diseño era un teclado de su instrumento preferido.
Valentín Trujillo, “amigo Valentín”, “tío Valentín”, “maestro Valentín”, todos estos apelativos los encuentra cariñosos y fueron puestos por sus distintos compañeros de trabajo, sin embargo, aclaró que su amistad y trayectoria junto a Mario Kreutzberger es lo que más satisfacción le ha dado, pues ha sido una amistad con más de 50 años de trabajo juntos.
El músico nació en Santiago, siendo el quinto hijo de un matrimonio conformado por un obrero minero nacido en Vallenar, Juan de Dios, a quien por su trabajo lo veían cada tres meses, y su madre, una profesora primaria de Concepción, Clementina.
Valentín Trujillo rememoró que a los cuatro años tocó “Barrilito de cerveza” en el piano vertical que su madre había adquirido, sin tener ningún conocimiento previo, a los siete años ya había entrado al Conversatorio Nacional de Música y a los 9, ya era un profesional de la música que tocaba en radios, acompañando a reconocidos cantantes y músicos.
El niño Valentín comenzó a trabajar alrededor de los 7 años, junto con asistir al Colegio Valentín Letelier, tiempos en que llegaba a las 5 de la madrugada a su casa y a las 8:15 entraba a clases. En esos momentos contó con la ayuda de su profesor de música, quien lo hacía dormir en una sala de música para recuperar el sueño. En esos tiempos, Trujillo recordó ser un alumno mediocre, no obstante, nunca repitió un curso y las notas 7 sólo las obtenía en Música.
En esa época era contratado por pequeños conjuntos musicales y reconoció que por este motivo jugó muy poco, era una especie de “niño adulto”. Confesó también que no tenía talento para los deportes, y de personalidad, era bastante retraído y tímido.
Valentín hizo una destacada carrera como jurado de boxeo, sin nunca haber boxeado, pero fue un admirador de este deporte, junto a su hermano mayor, pues ellos vivían en calle Gálvez, muy cerca del Teatro Caupolicán donde llegaban los grandes boxeadores, entre ellos Arturo Godoy, famoso boxeador chileno de los años 40, por quien Trujillo sintió una profunda admiración.
Un emotivo momento se vivió cuando Martín Cárcamo colocó la canción de Pin Pon, “Un gatito blanco”, con quien el músico tuvo una estrecha colaboración en los años 70 siendo el “amigo Valentín” en el programa de Jorge Guerra. “Hicimos un programa bastante histórico, aún lo recuerdan, el mérito de Pin Pon es el aporte de canciones y melodías de cosas que le interesan a los niños”, señaló el músico.
Asimismo, reveló que el actor Jorge Guerra lo llamó para trabajar juntos, le mencionó que era actor, dibujante y cantaba, así nació “Pin Pon” con el “amigo Valentín”, trabajaron durante nueve años, “él (Jorge Guerra) no hacía a un niño cantando o a un viejo cantando, él era un personaje”, enfatizó Trujillo.
Difícil período que el pianista recordó así, “estábamos en Televisión Nacional, vino el golpe de estado y Pin Pon y el pianista se fueron para afuera, acusados de interrumpir marxistamente a los niños de Chile… era muy grave, y convencidos de que se nos estaba acusando de algo absolutamente falso… pues era un humor transparente, limpio, hermoso, humano”. Momentos difíciles que vivieron ambos artistas y que significó el fin de esta popular dupla del programa infantil.
El “amigo Valentín” reflexionó recalcando que Pin Pon recibió el pago de Chile, porque no se le reconoció su trabajo y se le cerraron las puertas. Para el pianista fue triste porque estuvo 17 años sin grabar y tuvo trabajo sólo en “Sábados gigantes”, “el único trabajo que tuve fue gracias a Don Francisco, era profesor y tuve que retirarme… por acusación ninguna, sólo pensar diferente”.
Fueron momentos muy duros donde su esposa, que era profesora del Liceo Manuel de Salas y sus hijos estudiaban ahí, todos fueron expulsados. Luego comenzó a realizar unos bailes matinales donde la entrada era algún alimento, para tener para comer, “fueron 17 años que estuve vetado, injustamente”, manifestó.
Gracias a Mario Kreutzberger, quien un día lo vio caminando por el centro de Santiago y le comentó que no existía ningún cargo contra él en Canal 13, invitándolo a trabajar al programa de los sábados en la tarde, “y ese fue el trabajo que me salvó, le debo a Mario todo”, comentó emocionado.
Antes de cerrar este tema, Valentín Trujillo entregó la siguiente reflexión: “No guardo rencor, todo lo contrario… que no suceda nunca más. Los que vivimos ese período, pedimos cuidemos la democracia, cualquier persona debe estar consciente que eso no puede volver a suceder”.
En tanto, recordó a sus padres y el momento que los perdió Su madre falleció a los 55 años de cáncer de mamas, enviando un mensaje a las mujeres chilenas, “mujeres lindas que me escuchan, háganse el examen”. El músico tenía 21 años cuando sucedió este triste episodio. En cambio, su padre murió a los 76 años producto del Alzheimer, reflexionando sobre esta enfermedad, “viven en un mundo de tinieblas… es una de las enfermedades más crueles que hay”, dijo con tristeza.
Este año, Valentín Trujillo cumplió 65 años de matrimonio junto a Aída, ambos eran vecinos y él encontraba que era la más bonita del barrio, se casaron a los 22 años y reconoció que han tenido “temblores” como cualquier matrimonio, “ha sido una relación de dos personas que realmente se siguen queriendo… ella es bonita, enteramente linda de alma, de sentimiento, una suerte que me haya preferido… fuimos felices”, confidenció el músico.
Debido a su trabajo no estuvo en el nacimiento de dos de sus cuatro hijos y no asistió a las fiestas familiares de Navidad y Año Nuevo, porque él tenía que trabajar. Hoy Valentín, aparte de sus cuatro hijos, tiene 12 nietos y cuatro bisnietos, una familia unida, donde algunos de ellos son músicos, como su hijo Roberto, su nieto Roberto que es director de Luis Fonsi y su otro nieto, Valentín, que es pianista de Francisca Valenzuela.
En la intimidad del hogar, Trujillo, junto al piano, se confesó y dijo que “este es el amigo, mi amigo inseparable. Cuando el piano casi fue declarado en desuso, yo salí siempre defendiendo al piano, porque si no había energía eléctrica, los instrumentos que reemplazaban al piano, no se podían tocar… este amigo es maravilloso, nunca alega nada”. Con estas palabras el músico define a su instrumento musical que le ha entregado años de satisfactorio trabajo.
Un instante de profunda emoción, pero también de profunda alegría fue cuando Martín le mostró los mensajes de su hija, alguno de sus nietos y de sus bisnietos. Como lo describió el propio músico, “uno puede llorar de alegría… se siembra y se cosecha”.
En tanto, otro emotivo momento se vivió en “De tú a tú” cuando se produjo el reencuentro entre Iván Arenas y Valentín Trujillo. Ambos recordaron la etapa en que trabajaron juntos en “El mundo del Profesor Rossa”, cómo se inició esta exitosa dupla y la profunda admiración que sienten el uno por el otro. La música, la nostalgia y la risa se tomaron la noche de este domingo y el tío Valentín describió a Iván Arenas, “no tiene doble imagen, trabajar con una persona así, tan decente y tan talentoso, me fue gratísimo y fácil… estuvimos muchos años”.
El “tío Valentín”, como lo bautizó Iván Arenas, desclasificó el emotivo lazo que lo une al Profesor Rossa, “nunca fui niño, nunca jugué, Iván me hizo jugar, me disfrazó de niño… me hizo hacer de guagua… de niño; es el feliz culpable de una época que yo creí que había perdido, ser niño y jugar”.
Además, Martín Cárcamo les mostró el “video prohibido”, donde todos los integrantes de “El mundo del profesor Rossa” se salían de libreto. Frente a esto, Trujillo comentó: “en esta ocasión nosotros jugábamos, pero lejos de que nos estuvieran grabando, hasta el día de hoy nos preguntamos con qué intención fue sacado ese video, estaba prohibido, nadie podía sacar un material de este tipo, y la intensión si fue negativa, ocurrió todo lo contrario”.
Finalmente, Martín Cárcamo tenía un último invitado, una sorpresa para Valentín Trujillo, su amigo y compañero de trabajo por más de 40 años, Mario Kreutzberger, Don Francisco, quien sin preámbulo ingresó diciendo que venía a promover el Premio Nacional de Música para Trujillo.
“Valentín ha hecho en este medio siglo, que yo lo conozco y lo conozco hace 57 años, el mayor aporte a la música popular chilena… toda su obra ha sido promover a los cantantes chilenos, la música chilena y a los músicos chilenos”, dijo categóricamente Kreutzberger.
Ambos amigos se conocen con sólo mirarse y la conversación fue fluida desde un comienzo al ritmo de “Mi viejo”, canción del autor argentino Piero. Frente al reconocimiento que hizo al principio del programa Valentín Trujillo en relación a Don Francisco, éste no se quedó atrás, declarando, “él fue capaz de ponerle música a mis palabras, yo le tengo que agradecer algo que quizá el público nunca ha entendido: ‘Sábado gigante’ tenía un musicalizador que era Valentín Trujillo, cuando no existía la musicalización dentro de los programas”.
Frente a la relación de amistad que traspasó la televisión, Mario fue sincero en aclarar que “dentro de la tele no hay amistad, dentro de la tele hay trabajo, la amistad siempre es fuera de la tele. Dentro de la tele estamos trabajando, no somos amigos, somos compañeros del mismo equipo, pero nosotros somos amigos fuera de la tele”.
Martín le preguntó cómo es Valentín como ser humano, a lo que Don Francisco respondió que “es un tipo extraordinario. En primer lugar, es un hombre dedicado a la música, además tiene oído absoluto… lo que Valentín todavía hace a los 90 años es algo más que extraordinario”.
Por eso, Kreutzberger comentó que lo tiene invitado a Miami para cuando cumpla 90 años junto a toda su familia, para reunirse con todos los amigos que compartió por más de 25 años.
Instantes de reconocimiento mutuo y donde Valentín agregó, “él me abrió las puertas… esa es una de las cosas que yo he recibido de este hombre, ser reconocido y conocido en toda Latinoamérica gracias a él. Este es el hombre más importante de la televisión hispana, se habla en Miami de la televisión antes de Don Francisco y después de Don Francisco”.
Sin duda, una noche donde se vivieron instantes de mucha nostalgia, grandes recuerdos, pero sobre todo de mucha música y humor del bueno.