Son pocos los eventos musicales que hoy subsisten a través de una televisión abierta que prefiere mostrar sangre o cómo se pelea la gente por una nimiedad en las calles a que lo más apreciado que tenemos como país: La música y la cultura.
El pasado viernes finalizó la propuesta de licitación del Festival del Huaso de Olmué, y según informa El Filtrador, lo más triste de todo es que acabó sin ningún oferente relacionado con la televisión abierta chilena de alcance nacional, lo que significa que quedó desierto y con él, hay un riesgo enorme de perder uno de los escasos eventos musicales que quedan en la pequeña pantalla.
Ni siquiera TVN, canal que lo emitió hasta 2020 y que se retiró ese mismo año por la pandemia y la crisis que atravesaba el canal, se presentó para recuperar un evento que cada enero era garantía de audiencia y descubridora de nuevos talentos musicales y humorísticos que luego pasaban por el Festival de Viña.
Cuando nuestra televisión abierta le cierra la puerta a televisar un evento musical, le da un portazo en la cara a miles de productores, artistas y compositores para los cuales Olmué era una vitrina segura para dar a conocer sus trabajos, tanto en las competiciones como en el cartel que año a año era más y más potente. Y con él, le cierra la puerta a los televidentes de ver un contenido que sea distinto al que nos tiene malacostumbrados, ligado a la crónica roja o a las discusiones politiqueras.
Desde este humilde sitio, emplazamos a los canales de televisión para que vuelvan a apostar por un evento que ha estado durante 50 años vigente, y que necesita volver para darle alegría a muchos de los que pasan por un mal momento, y a lo que les estimula y se aferran es lo más valioso que tenemos: La música. Más que por una necesidad cultural, por salud mental.