Nuevamente Karen Bejarano ha sido insultada por Daniela Aránguiz a través de las redes sociales, sin embargo la última de la perdedora de “El discípulo del chef” superó todos los límites de lo denigrante.
Y es que al parecer, gente como la esposa de Jorge Valdivia no saben otra cosa que insultar en base al odio pues le debe generar un placer enorme generar bullying, como se vio en el criticado espacio de Chilevisión, no obstante insiste en tratarla de forma miserable y, lo peor, sin ningún control por parte de la misma televisora.
Lo ha hecho en “La divina comida” donde volvió a acusarla de ganar en base al “victimismo”, burlándose de su salud mental que no ha sido de las mejores luego de que las redes sociales y la prensa farandulera filtrara fotos íntimas. Y lo volvió a hacer en “Zona de estrellas”, programa que de ataques hacia las personas sabe bastante.
De entrada, anticipó que “si me quieren hacer una entrevista, me tienen que pagar”. Acá empezó mal porque hoy los canales de televisión no cuentan con las mismas prioridades de hace diez años, en donde los espacios faranduleros incluso contaban con una sala de prensa propia para que los invitados hagan sus descargos, y en efecto cree que sigue la época del despilfarro de esa época.
Sin embargo lo peor viene ahora: Ante una pregunta de Hugo Valencia, la farandulera la trató de una forma denigrante, ya que la cantante usó la frase “Deja que los perros ladren, es señal de que avanzamos”, que todo el mundo sabe que el enunciado pertenece a la eximia obra literaria “Don Quijote de la mancha”. “Yo creo que hay perras mucho más grandes. Si me quiso decir perra a mí, porque los perros ladren, qué feo”, dijo Aránguiz, usando una expresión agresiva y absolutamente violenta para insultar a Bejarano.
Acá la responsabilidad es enteramente del programa de Zona Latina, quien nuevamente demuestra por qué los programas faranduleros han sido absolutamente miserables con las mujeres. Lo han hecho con Silvina Varas, Maite Orsini y la misma Bejarano, y así lo han reafirmado al darle vitrina a una persona únicamente para insultar y además exigir que se le pague por hacerlo, incluso desvirtuando con complicidad del panel el libro escrito por Miguel de Cervantes, un clasico de la literatura universal.
Como decimos siempre, Chile cambió, pero la farándula no cambia más.