Este domingo en un nuevo capítulo de “De tú a tú”, programa realizado por la productora La Industria, bajo la dirección de Sebastián Hödar y la producción ejecutiva de Eduardo Cabezas, Martín Cárcamo se trasladó hasta la playa de Quintay, Región de Valparaíso, para conversar con el querido animador de radio y televisión, Eduardo Fuentes.
A orillas del mar comenzó la conversación entre Martín y Eduardo, donde este último confesó que este lugar le sirve de refugio en sus momentos de estrés. Además, Fuentes partió contando su infancia en la comuna de San Joaquín, donde su madre era dueña de casa y su padre, obrero de una fábrica de helados.
Según reveló, de niño pensó que su progenitor era el dueño de la empresa, y sólo se enteró de que no era así cuando su papá fue despedido del lugar, y el pequeño Eduardo lo acompañó a buscar sus cosas personales al lugar de trabajo y a despedirse de sus amigos. Esa instancia le sirvió para enseñarle a su pequeño hijo que así era la vida, que muchas veces se está bien y otras te puede ir mal. “Fue una forma de decirme: cuidado, los pies en la tierra siempre”, reflexionó el animador.
La conversación continuó en el departamento de Eduardo, con una hermosa vista a la bahía de Quintay. El animador habló sobre su infancia en La Legua, hoy conocida como la “Legua Vieja” en la comuna de San Joaquín, una vida con mucha contención y amor por parte de sus padres, en una familia de sólo tres integrantes.
Contó la triste historia de su madre, quien no fue muy querida por sus padres, y se quedó en una familia de vecinos amigos que la quisieron como hija. Con profunda emoción, Eduardo relató que, a pesar de ello, desde este espacio de dolor fue una madre cariñosa. “Me ilumina mucho de mi mamá y, que para mí se ha convertido en un ejemplo de vida, que ella fue capaz de dar vuelta su propia historia… ella sí desarrolló su instinto maternal profundamente, no sólo conmigo que era su hijo, sino también con los niños de la cuadra”, dijo.
Eduardo además habló de una familia muy querida, los Contreras, que arrendaban piezas en su casa de San Joaquín. Era una familia de mucho esfuerzo que hasta el día de hoy están unidos, e incluso la nieta de ellos, Victoria, es una de las mejores amigas de su hija Alma. “Nos seguimos viendo, nos queremos mucho, manteniendo los lazos… los quiero mucho a ellos… es un poco la familia que uno elige, hemos pasado tantas historias… hemos tenido esa experiencia vital juntos”, explicó el animador, agregando: “Me encanta ver cómo se va, de alguna manera, replicando lo que a mí me tocó vivir con ellos, hoy día con mi hija y con Victoria”.
En esta parte de la conversación, el animador se mostró emocionado al recordar a sus amigos de la infancia, todos amigos de su antiguo barrio, amigos del futbol, vecinos y familias cercanas -como la que recibió a su madre cuando era una niña-, con los que mantiene contacto hasta hoy y que hasta hoy son amigos de la familia que formó Eduardo.
“El amor que queda impregnado en ti de los padres, aunque no estén, es lo que te construye, esas son las verdadera raíces, el resto va y viene”. Con esta frase Eduardo Fuentes resume la vida de cariño y amor que sus padres le entregaron y que hoy hacen que él sea la persona que es.
Uno de los momentos más emotivos del programa es cuando Eduardo recuerda el cáncer que, finalmente, se llevó a su madre, cuando él estaba aún en el colegio. Ella manifestó un dolor estomacal y el médico les dijo que era cáncer de páncreas, el peor de todos. Fuentes recordó que, para él, haber visto llorar a su padre con gran amargura es aún impactante. “Se me desmoronaba la vida, se le desmoronaba la vida a mi papá, mi papá también era muy apegado a ella, muy dependiente de ella y no sabíamos cómo enfrentar esto”, reflexionó el conductor.
Sin embargo, lo peor vino cuando el médico les informó que a su madre le quedaban cuatro meses de vida. El animador recordó los sentimientos de ese doloroso momento. “Si lograba que mi mamá estuviera, no sumergida en el dolor de un cáncer, sino que en la sensación de ‘mira las cosas bonitas que hemos vivido, la experiencia que hemos tenido, riámonos, disfrutemos, a lo mejor eso frenaba el cáncer”, dijo.
En relación a este sentimiento, mencionó que él tenía su gira de estudios, a la cual no pensaba ir por la enfermedad de su progenitora, pero que fue su madre quien insistió que tenía que ir, ya que era un viaje por el cual habían luchado mucho y se habían sacrificado para juntar el dinero. El miedo de Eduardo era que ella falleciera mientras él estaba en esta gira, por lo que viajó con el compromiso de que le avisaran si ella empeoraba. Él regresa del viaje a Chiloé, y lo primero que hace es ir al hospital de San Bernardo a ver a su madre, y pudo ver cómo el cáncer empeoró mientras no estuvo. “Veo a mi mamá muy distinta a como yo la había dejado”, dijo. Logró conversar con ella, le contó que había quedado en Periodismo en la Universidad de Concepción, y apenas terminó el horario de visita, a los minutos le dicen que su mamá falleció. “Ella se despidió de mí, me esperó y no volvió más. Fue una de las experiencias de amor real más potentes que he vivido”, mencionó con profunda tristeza.
Cambiando de tema, Martín le mostró un video de sus inicios en televisión. Recordando cómo empezó en Mega, primero como productor del espacio de “El Tiempo” en esa emisora, y luego como conductor en pantalla de esta sección. Añadió que finalmente no pudo estudiar Periodismo en Concepción porque no tenía el dinero para hacerlo, entonces fue becado para estudiar Audiovisual en un instituto.
Relató que a los 15 años, luego que su padre se fuera a Curicó, dejó de pedirle dinero, por lo que se ganaba la vida haciendo diversos trabajos como animando eventos pequeños, momentos de vida que Eduardo describió como “muy duros”. En esa instancia de vida, compartió arrendando una pieza, cerca de Mega.
Consultado por Martín acerca de cuándo vivió con Felipe Avello, Eduardo recordó que fue el director Alex Hernández quien le contó que el comediante estaba buscando departamento igual que él, por lo que podrían vivir juntos para así abaratar costos. Entre risas Eduardo comentó que el lugar que arrendaron “pasó de un departamento a un albergue en cuestión de dos a tres meses”.
Además, desclasificó que vivir con Avello era una aventura diaria, pues cada vez que él -por su trabajo- entrevistaba a distintas niñas en el departamento, y les decía que vivía con un compañero, le cambiaba la nacionalidad. Así, Eduardo tenía que imitar distintos acentos cada vez que entraba a su departamento, según la mentira que contara el humorista.
Como contó el animador, su carrera pronto floreció, comenzando en Mega, para luego trabajar en Canal 13, participando en matinales y otros destacados programas, siendo el más emblemático “Alfombra Roja”, que condujo con la periodista Diana Bolocco. Luego, ingresó a La Red para animar “Mentiras Verdaderas”, para más adelante volver nuevamente a Canal 13 y es durante el año 2018, que retorna a La Red al mismo programa.
Llegado el momento de hablar de su vida amorosa, Fuentes contó que estuvo casado tres años, para luego separarse y comenzar, más adelante, una relación con su actual esposa, la periodista Andrée Burgat, iniciando con ella la búsqueda para ser padres. Momentos difíciles que vivieron y donde Eduardo siente que sus padres estuvieron siempre presentes, como una presencia permanente en él y en su familia.
Luego, se vivió uno de los momentos más emotivos del programa, cuando Martín le hizo entrega al animador de una pintura hecha por un amigo suyo donde está la madre de Eduardo y tiene en brazos a su nieta Alma. “Ay, no lo puedo creer, qué precioso es. Retrata lo que yo siento día a día, que es la relación de Alma con su abuela… yo veo algo real muy del día, ni siquiera lo imagino como algo fantasioso… la mirada de mi mamá tan realista y de mi hija tan feliz, me sacude profundamente”, dijo el invitado, con lágrimas en los ojos.
Para la última parte del programa, Eduardo Fuentes invitó a Martín a su casa en Santiago, para continuar la conversación con la familia del invitado. Aquí los esperaban su hija Alma y su esposa, quienes contaron que son una familia pequeña, pues ambos son hijos únicos y ellos solo tienen una hija, frente a lo cual, el animador bromeó: “nuestra familia es pequeña, cuando somos muchos somos seis, eso es como el Lollapalooza”.
Reunidos en el jardín, Eduardo y Andrée recordaron su historia de amor desde el comienzo. A ella no le gustaba cuando lo veía en la televisión, porque encontraba que era demasiado chistoso, sin embargo, cuando se vieron por primera vez, fue amor a primera vista, pues ella no lo relacionó con el personaje de la pantalla chica, encontrándolo muy simpático, culto y bueno para conversar.
Comenzaron a pololear, luego se fueron a vivir juntos y, finalmente, como a ella le costaba dar el paso de contraer el vínculo, decidieron casarse en Playa del Carmen, sólo con 12 invitados. Es decir, ellos en Chile no están legalmente casados.
Uno de los momentos difíciles que les ha tocado vivir como familia fue cuando a Eduardo le encontraron cáncer tiroideo tras haber tenido a su hija. En relación a esto, él reflexionó sobre las explicaciones que buscó para entender esta enfermedad que le mandaba la vida. “Yo tenía miedo. Yo decía: ‘tanto que nos costó tener a nuestra hija, no me puedes sacar de la fiesta ahora’. A lo mejor era el costo a pagar para que llegara Alma, así como el intercambio,… porque no entendía”, comentó.
Afortunadamente, el cáncer estaba encapsulado y fue encontrado a tiempo, aunque tuvo que realizar un tratamiento especial para cuidar las cuerdas vocales. Al respecto, Fuentes tomó nota de las medidas que hay que tomar en relación a la salud.
Antes de esta enfermedad, el otro duro momento que vivieron como pareja fue cuando se enfrentaron a la infertilidad y a lo difícil que fue llegar a ser padres de Alma. Andrée destacó al respecto la carga de la mujer en estos tratamientos. “Siento que para la mujer es mucho más duro, porque hay un tema físico de por medio, tema de pinchazos, de controles, te tienen que sacar x óvulos en un mes para poder fertilizar. Es un nivel de presión terrible”, aclaró.
“En un proceso in vitro la mujer debe todos los días inyectarse un cóctel de hormonas, durante un largo tiempo, para poder sacar la mayor cantidad de huevitos de su ser, para tener más posibilidades… para mí era mucho más simple, en cambio para la mujer es bien brutal, intenso y desgastante”, reconoció por su parte Eduardo.
Todos estos primeros intentos no dieron el resultado esperado y, mientras decidían si continuaban con el tratamiento, los llamaron de una clínica donde Eduardo años atrás, durante su primer matrimonio, había dejado unas muestras. Éstas resultaron ser de mejor calidad, pues eran de cuando él era más joven. Finalmente, esto fue providencial, así que ellos decidieron volver a probar el tratamiento con estas muestras y el resultado fue la hija de ambos, Alma, quien hoy tiene 5 años.
Junto a su hija, ambos hablaron acerca de cómo han intentado criar a Alma. “Hemos tratado de criarla libre, y que el día de mañana tenga ciertas bases, como conexiones sólidas… como la sinceridad, la naturaleza, con la vida más simple, para que sea buena persona”, señaló la esposa de Eduardo.
Con ese tipo de reflexiones terminó el espacio de Canal 13, como de costumbre, como uno de los temas más comentados en redes sociales. Así, el nombre de Eduardo Fuentes se posicionó como Trending Topic en Twitter.