El desempeño de “The Voice Chile” en Chilevision ha sido más que positivo y así el canal de Paramount lo ha constado e impulsado: Desde un canal exclusivo en PlutoTV hasta un show con sus participantes más reconocidos en el Movistar Arena. Lo que Canal 13 nunca hizo (quien sabe si no estaba dentro de sus posibilidades o por una decisión errática de los ejecutivos de entonces), lo han hecho desde Machasa. Sin embargo, algo ha hecho que el desembarco del formato holandés no lo haya disfrutado como se esperaba, y es el tratamiento por parte de los medios enfocados en entretenimiento y televisión hacia la labor de Cami.
Para nosotros era una motivación perfecta para que pueda reivindicarse después de un año de malas decisiones que empañaron su carrera, los cuales no justificamos ni defendemos. No obstante, han rondado miles de mitos urbanos respecto a su carácter que han sido impulsados desde los portales y programas faranduleros, incluso que llegan a ser inverosímiles y poco creíbles.
Así, mientras lo malo agarra titulares y notas sensacionalistas quien sabe con qué fin, lo realmente importante y valioso para su carrera quedó en segundo plano: Desde su sold out en nuestro Movistar Arena y en el Gran Rex de Buenos Aires, pasando por su aclamada participación en el show de Tini Stoessel transmitido por Star+, hasta el lanzamiento de su disco “Mira tu caos Anastasia”. Nada ha sido publicado en los portales mencionados.
La guinda de la torta sucedió hoy. Mientras su imagen era proyectada en Times Square de Nueva York, de la misma forma en que lo lograron Javiera Mena, Princesa Alba, Paloma Mami y Francisca Valenzuela, un portal prefirió hacer una nota acerca de unos YouTubers (que recién hoy conocimos de su existencia) que la juzgaron por una decisión que tomó respecto a la eliminación de un participante. Algo que siempre será motivo de polémica o controversia, pero que acá en Chile se agranda de forma patética y más si se trata de Cami, enemiga pública número uno del periodismo farandulero. Así tenemos un montón de notas publicadas desde la nada, armando polémicas donde no existen.
Ni Argentina, ni España, ni Estados Unidos, ni Italia, ni Holanda, y nos atrevemos a asegurar que ni en los países más tercermundistas que cuenten con el formato de “The Voice” tendrían una prensa con ese nivel de toxicidad que vemos a diario en portales enfocados en farándula dura. Es más, es tal la falsa realidad instalada que cuando Cami usó sus redes sociales para desahogarse respecto a los hostigamientos que recibe de los mismos, en Facebook es habitual ver más “Me divierte” que “Me gusta”, “Me entristece” e incluso “Me importa”, y es de parte de gente que está lamentablemente adoctrinada por un periodismo que jamás torcerá su visión de la realidad, por más distorsionada que esta sea.
Cada nota que se escribe contra Cami es un balazo en la cien para la industria musical chilena, que todos sabemos que ha sido marginada a lo más mínimo por la televisión abierta, que prefiere mostrar portonazos e idealizar a personas enviciadas por la tussi que exhibir lo que importa. “Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuenta la vida” cantaba Silvio Rodríguez. Cierto, hay muchos justificativos al respecto, partiendo por “son medios de farándula, obvio que van a ser así” y el más resonante “la tele es sin llorar”. ¿No se han fijado lo psicopático que suena esta frase? Porque después, si la persona llora (como es el caso de ella) nadie quiere hacerse cargo, y a la vez es normalizar un género fallido y una televisión mediocre. Se está justificando que tengamos una industria tercermundista, y Chile ya no está para eso.
Nosotros no nos vamos a sumar a ese coro. No es por amor a Cami, sino que por amor a la música, ese vital elemento que puede definir la buena o mala calidad de cada industria televisiva. Y la chilena tiene todos los elementos para poder surgir. Solo falta una televisión que los apoye y no los crucifique al primer error, mientras normalizan otros que hacen de conductas descabelladas una triste constante. ¡Dejenla en paz de una buena vez!