Como si no bastara con los miles de autogoles de sus voces más sonoras como Alberto Plaza o Gonzalo de la Carrera, en la emisión de hoy (21/08) de la Franja Ciudadana por el Rechazo se presentó una increíble historia: Se exhibió un testimonio de un escort LGBTQ del centro de Santiago llamado Alejandro y al mismo tiempo “Matilde”, que de inmediato fue criticado en redes sociales por el tenor de la historia que contó.
“Si nos quisieramos más no me habrían disparado. Si en Chile nos quisiéramos más no habrían tantos crímenes. Si en Chile nos quisiéramos más, no aprobaríamos el texto que escribió la Convención Constituyente”, inició mientras se mostraba su vida de noche en Plaza Bulnes en unas declaraciones llenas de incongruencias.
Continuó diciendo que él conoce los daños que provoca no tener amor en la vida, agregando que “el texto que escribieron los Convencionales no está hecho con amor, y eso siempre termina mal”.
No obstante, lo más inconcebible vino contando una de sus experiencias que lo motivaron a rechazar, enlazandolo con la Nueva Constitución. “Muchos de mis clientes buscan solo sexo, pero hay muchos que buscan solo amor, cariñó, charlar. Cuando era chico, mis papás nunca me quisieron. Cuando cumplí 17, empecé a bailar de ‘Go-Go Dancer’ en los cubos, pero el dinero no era suficiente. Así que empecé a trabajar en la prostitución”, relató.
“El día del accidente, me dispararon con una escopeta. Fue un cliente que me debía plata. Yo le fui a tocar el timbre a su casa. Yo ya me iba yendo a mi auto, y sale este cliente con su hijo. Ni siquiera sentí el dolor de esos balazos, mientras me estaban destruyendo mi cuerpo”, recordó respecto al violento momento que sufrió.
Sin embargo, lo peor vino a continuación cuando contó el calvario que sufrió y cómo se rehusó a demandar a su agresor calificándolo como un acto de amor: “Me tuvieron que sacar huesos. Estaba solo. Me miraba al espejo y no me reconocía. Estuve un año y medio sin hacer nada, con una depresión, porque ni siquiera yo entendía qué estaba pasando y por qué. Y se me metió en la cabeza una frase: ¿Y si nos quisieramos más? Nada de esto hubiera pasado. Unos días después un señor de la PDI fue a tomarme un testimonio al hospital, pero yo no pidía dejar de pensar en la cara del hijo de ese cliente. ¿Qué iba a pasar con ese cabro si además su viejo se va a la cárcel?”.
“Al final no demandé al cliente. Fue como mi primer acto de amor”, sentenció.
De inmediato la escena generó duras críticas en las redes sociales, que se enfocaron en cómo era posible que sea calificado como tal el hecho de desistir de denunciar a quien te disparó con una escopeta, y cómo la Franja del Rechazo optó por endurecer sus testimonios sin mediar siquiera el tenor de los testimonios que se presentan en su espacio gratuito.