En el fondo no es nada nuevo, de hecho lo venimos anticipando: El estudio del CNTV que grafica la sensación de angustia que provoca ver TV chilena dice exactamente lo mismo que venimos hablando en las dos anteriores temporadas de este programa. Matinales durando cinco horas, noticieros que duran hasta 180 minutos máximo, un prime comenzando tarde y terminando tarde… ¿Así quién no se agobia? Y más en un país estresado como el nuestro, donde las secuelas de la pandemia se sienten y se palpan. Sin embargo, en el intertanto, NTV termina siendo un bálsamo, una esperanza para creadores de contenido y audiovisualistas de nuestro país, y brinda además un mensaje poderoso: Se puede creer en el talento nacional, que no solo se remite a música sino que a contenido familiar, reflejado a través del canal cultural familiar.