El pasado jueves todos los ojos del mundo esperaban de una sola fuente la noticia del fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra, más allá de que ya la información estaba siendo divulgada por los canales oficiales de la Casa Real británica, millones esperaban la información que emana la BBC para anunciar al Reino Unido y el mundo entero el fallecimiento de la jefa de estado de Gran Bretaña. El aviso del ancla Huw Edwards no solo fue visto en simultáneo por las señales televisivas de la estación pública británica sino que por otras muchas señales del mundo, incluídos los canales de televisión chilenos, solo desde ahí quedó clara la noticia del deceso de la longeva reina.
No es casualidad la atención que se brindó al momento exacto en que la BBC paralizó sus transmisiones para anunciar la muerte real, más allá de ser la estación oficial del estado británico, la BBC es el sinónimo más claro de lo bueno que puede ser para un país tener un medio público fuerte y de calidad.
El mundo empezó a querer a la BBC en los turbulentos días de la Segunda Guerra Mundial, cuando a través de sus ondas que podían llegar a todas las latitudes posibles, los noticieros de la cadena británica generaron una de las mejores fuentes noticiosas para saber de los acontecimientos bélicos, así como a través de esta señal se expresaron todos los grandes líderes que encabezaron el esfuerzo de derrumbar el nacismo, entre ellos De Gaulle y Churchill. Desde ahí la BBC fue conocida por todos como la “BBC de Londres” y su mensaje era sinónimo de autoridad y credibilidad.
Con el apogeo de la televisión, la BBC supo sumarse a la invasión cultural inglesa surgida en los sesenta, de la mano de sus afamados documentales, una importante cantidad de series históricas como también recordados programas familiares e infantiles, la cadena británica pudo ser un importante contrapeso a las siempre comerciales producciones norteamericanas. Títulos como Yo, Claudio, Caen las Águilas, Mundos Individuales amenizaron las noches televisivas chilenas a finales de los setenta, creando un gran incentivo para que la televisión chilena se dedicara con mayor profundidad a la transmisión de contenido cultural. Un par de décadas más tarde, TVN amenizaba las tardes de los domingo con interesantes documentales que otorgaban el tono distintivo de la cadena pública británica. Hasta el día de hoy la BBC es capaz de producir importantes series alabadas en el mundo entero, el mejor caso son las aclamadas y populares Sherlock y Peaky Blinders.
Pero el valor de la BBC va más allá de lo que se emite, la estación pública británica es uno de los grandes embajadores de la cultura británica al mundo, es más, ha resaltado el aspecto del Reino Unido como una sociedad culta y bien informada. Ha sido además uno de los grandes difusores del idioma inglés, generando incluso una denominación especial al tipo de inglés que se usa en sus transmisiones. La BBC ha construído la identidad nacional, tal como lo fue en su minuto la reina Isabel, ambos edificaron la visión de un país donde resaltaba el recato, la seriedad y la compostura (sabiendo que la sociedad británica efectivamente no es tan como lo resaltan).
Lo más importante es que esta cadena es independiente a los gobiernos de turno, ha sido criticado por los gobiernos de izquierda por ser muy derechista, como los gobiernos de derecha critican por el contenido “izquerdizante” de la estación estatal. Efectivamente la BBC cumple con el papel de ser una corporación del Estado británico y no del gobierno, no existen las rotativas de jefes de prensa a cada gobierno que cambia, como tampoco una cobertura que cargue hacia un sector político. Por eso el pueblo británico respeta e incluso defiende a su señal estatal.
Por más que cambien los gobernantes y los reyes, por más que cambien las plataformas, la ya centenaria labor de la BBC sirve como el mejor ejemplo de como poder realizar un modelo de medios públicos que combine la necesaria masividad que requieren estos canales de comunicación, así como constituye el mejor ejemplo de una cadena que ha no ha transado ante los intereses políticos y económicos. Para Chile es ambicioso tener una cadena que ose imitar todo lo que la señal británica hace, pero es el mejor eje que presenta el mundo para construir un medio que pueda ser ecuánime y transmita un valor agregado al contenido que emite.