La Gala del Festival de Viña del Mar ha sido todo un tema. Así como tiene seguidores, también duros detractores quienes cuestionan con justa razón el hecho de que hayan invitados que nada tienen que ver con el certamen, ni con la industria musical ni con los canales organizadores. Para peor, durante el llamado “Reginatismo” la llamada farándula dura se congraciaba con la edil ignorando los casos de corrupción, que esta semana se informó que el desfalco fue millonario.
La misma alcaldesa actual, Macarena Ripamonti, ha sido crítica de la llamada “noche cero” del evento de la Ciudad Jardín, que puede tener tanto o más rating que las mismas seis noches. En concreto, ha dicho que “hay mucho dolor detrás de la Alfombra Roja del Festival”, y es que mientras en los cerros habían campamentos y ollas comunes sosteniéndose como pueden y bajo el completo abandono del municipio de entonces, los invitados mostraban sus lujosas prendas de vestir, sus zapatos caros, sus carteras con bling bling y hasta sus joyas.
Hemos criticado el hecho de que el tema no sea “¿Qué artista te gustaría ver en el Festival?” o “¿Cómo crees que va a ser este año el evento?” ni mucho menos “¿Has escuchado a alguno que va a venir este año?”, sino que “¿De quién es la ropa?”, “¿De quién es el zapato?”, “¿De quién es la joya?”. O sea, un festival de la ostentación y la chabacanería.
¿Pero cuánto realmente hay de Festival en la Gala?
El Centro de Estudios TVenserio analizó con lujo de detalle cuales fueron los invitados de la Gala del Festival de Viña del año 2019, desglosando si tienen relación directa o indirecta con el evento o con la industria musical o los canales organizadores.
La lista de invitados en aquella ocasión fue la siguiente:
Hemos contabilizado 112 invitados y haciendo el desglose de si tienen ligazón con la música, el festival o los canales organizadores, los que sí la tenían solo son 62 contra 50 que no la tenían. En ese sentido, fue muy parejo aunque igual que haya cerca de la mitad que no tenían nada que ver con Viña igual llama la atención y para mal.
La situación se agrava cuando hacemos el desglose por rubro: Del total de quienes asistieron al Casino Enjoy de Viña, 30 son conductores mientras que 28 son actores y 21 pertenecen a la farándula dura. Los cantantes, sea quienes formen parte de la parrilla o no, solo son 11.
En el desglose por canal, tenemos que hay 34 que no pertenecían a estación alguna, mientras que 24 y 23 son de Canal 13 y TVN respectivamente.
Y si hablamos de ligazón con la historia del Festival de Viña del Mar, quienes no tienen vínculo alguno son mayoría con 49 invitados. 32 son de los medios oficiales, y solo 1 fue de los que “cantaron en Viña un día”.




Conclusiones
Llama la atención la presencia de auténticos desconocidos en la industria. No sabíamos quien era Ina Moll a tal punto de que ni siquiera conocíamos cómo se escribía, lo mismo con el caso de Yadranka Tomic que tampoco es una figura trascendente ni siquiera dentro de la misma telebasura, o Josefina Cisternas que no sabemos siquiera cuál es su ocupación.
¿Qué debe hacer Daniella Chávez, Marlén Olivarí o Adriana Barrientos, que todos sabemos cómo se comportan, en el mismo evento que Cami, Becky G o Sebastián Yatra? ¿Acaso DiMondo es tan relevante como Américo? ¿Por qué acogen a Eugenia Lemos siendo que se hizo conocida en nuestro país por un episodio de bodyshaming?
Que solo hayan 11 cantantes en un evento que se dice musical es sin duda preocupante, porque estamos ante un evento donde lo que menos importa justamente es la música, que al menos se están preocupando de volver a realzar de cara al 2023.
Si bien Leonor Varela no tiene ligazón con el Festival, si podemos hacer una excepción ya que es una figura de gran relevancia e incuestionable trascendencia dentro del espectáculo chileno. O sea, es una de las pocas que sin ligazón con el certamen viñamarino, tiene una carrera construida solo a base de su trabajo y simpatía con las personas, más aún con su propia historia personal.
Que 21 invitados provengan de Farandulandia es sin duda preocupante, porque no importa celebrar la música sino que alimentar el ego de estos personajes, que no han aportado nada más que polémicas y falsedades dentro de la televisión chilena.
Si viajamos a otras latitudes, hay un simil a la Gala de Viña que tiene el Festival de Sanremo, con la única salvedad de que sus invitados si tienen que ver con la música italiana o con la misma Rai. Acá no se ve nada de eso porque “la farándula manda” y más aún si se contaba con una edil que era aliada de ese mundo.
¿Cuánto cambiará la situación con Ripamonti, quien ha criticado de la misma forma que nosotros como el lujo era más que la música?