La llamada “noche cero” del Festival de Viña del Mar, la tan amada como odiada Gala del evento, era la excusa perfecta para que el farandulismo se congracie con la hoy cuestionada exedil Virginia Reginato Bozzo, así como también para que ellos también luzcan sus lujosos atuendos, prendas y accesorios, y en donde la música pasaba a un último plano.
Hace algunas semanas en nuestro reportaje hicimos una deconstrucción: Los actores y los llamados farandulitos dominaban la presencia en este evento, en su mayoría sin ninguna ligazón con el Festival propiamente tal, a excepción de algunas como Kenita Larraín que alguna vez, en 2003, fue la reina del certamen cuando era una simple modelo de los estelares de Canal 13.
Pero a pesar de la alta sintonía y el comidillo que generaba en redes sociales, la crítica estaba ahí, la cual es compartida de igual manera por la nueva alcaldesa, Macarena Ripamonti (RD), quien en varias ocasiones a través de la prensa ha criticado este festival anexo al Festival de la Canción. “No podemos hacer como que nada ha pasado. Antiguamente había un desfile de anillos, y en los cerros, ollas comunes activas” dijo hace algunas semanas a La Segunda.
Felizmente y a diferencia de lo que muchos puedan pensar, Canal 13 y TVN y la Comisión Organizadora así lo entendieron: No están los tiempos para exhibir costosas vestimentas ni para mostrar los anillos que costaron una millonada. Por lo mismo, según reveló El Filtrador, habrá una vuelta de tuerca a la misma y se buscará medir la ostentación y tendrá un nuevo enfoque, el cual está en proceso de elaboración por parte del equipo del canal naranjito.
“La idea es que tenga la gracia de la Gala pero con una mirada actual, no con tanto lujos, ser más austeros” comentó al citado medio una fuente de la misma Comisión.
Tal va a ser el cambio que hasta el mismo recinto donde se realizaba, el Casino Enjoy de Viña del Mar, va a ser reemplazado por un nuevo lugar a definir. Se vislumbra hasta un nuevo formato: Si es un programa más clásico o una simple conversación entre animadores.
Con todo, hay algo más que claro: El Festival del lujo, ostentación y chabacanería va quedando lejos. Y además actúa en consecuencia con el mismo pensamiento que ha tenido Ripamonti.