Distintas críticas han tenido los programas de conversación de la televisión abierta local, debido al tenor de sus invitados, puntualmente viniendo del siempre cuestionado mundo de la farándula chilena. Así lo han constatado diversas cartas publicadas en el diario Las Últimas Noticias.
Todo partió el día 22 de octubre de este año, cuando el lector Armando Aravena Arellano publicó el primero de esta seguidilla de cuestionamientos. “La programación televisiva de estos últimos años es la que más adeuda a los ciudadanos. El facilismo de crear programas de entrevistas de unos a otros personajes de la televisión ha sido el lugar común de todos los canales”, se lamentaba el ciudadano.

Posteriormente, el día 27 de ese mismo mes, una nueva misiva enviada por Oscar Novoa Monsalve también habló del bajo nivel de los espacios de entrevistas. “Nada en ellos supera el nivel de simples chismorreos y exposición pública que el buen gusto y el sentido común aconsejan ventilar en un ámbito necesariamente privado”, criticó.

El debate continuó el día 4 de noviembre, en el que la lectora Claudia Morales comentó: “El problema no es que los invitados sean famosos, sino que las entrevistas no aportan nada y muchas veces son propaganda para otros programas del canal que las emite. No entrevistan a personas interesantes, que tengan una visión de mundo u opiniones que puedan generar conversaciones. Al parecer quieren volver a los tiempos de la farándula, como si los televidentes no estuvieran cabreados de este mundillo”.


La última de la tanda llegó el lunes 7 de noviembre en el que Juan Carlos Ortiz, junto con constatar que varios lectores habían precisado el bajo nivel de los invitados de los espacios nocturnos, reflexionó: “Aunque al leerlos les daba la razón, pensé que exageraban, pero la semana pasada, haciendo zapping, me topé con el programa Buenas noches a todos de TVN, donde Eduardo Fuentes entrevistaba ni más ni menos que a Mauricio Israel. O sea, no exageraban”.
