Los últimos momentos que han ocurrido en TV+ han hecho que al lado de ellos, “Me Late” parezca un programa hecho por la BBC de Londres. Durante esta semana en curso, el canal 5.1 de Santiago ha brindado momentos televisivos que lejos de dar gracia, generan cringe y duros cuestionamientos respecto al tipo de “pura entretención” a la que están apostando algunos de sus espacios.
Para empezar, partamos diferenciando: “MILF”, “TocShow” y “Más Vivi que nunca” no son lo mismo que “Sigueme y te sigo” o “Tal cual”, por lo que sería injusto hacer pagar justos por pecadores. Lo que sí es que más de alguna señal de preocupación debe haber en el sentido de que apelan a la televisión de hace diez años, sin el éxito de entonces.
Esta seguidilla de errores comenzó la semana pasada en el programa “Somos un plato” en donde Claudio Reyes fingió un ataque de furia que desembocó en un abandono del estudio. Y es que José Miguel Furnaro le preguntó sobre sus palabras acerca de Bastián Bodenhofer, y una diferencia de opinión se transformó en un minuto de furia.
Posteriormente, mientras el conductor se deshizo en un mar de explicaciones, luego señaló que “Somos grandes actores”. Todo se trató de un montaje que, a juzgar por la opinión de las siempre certeras redes sociales, no causó gracia alguna.
Lo que sí fue verdad ocurrió en la emisión de ayer (15/11) del programa que lidera Francisco Kaminski. Y es que en medio de una discusión sobre los “papás corazón”, hubo una discusión entre Savka Pollak y Mauricio Israel. Para empezar: ¿Alguien creyó sin ningún ápice de ironía que invitarlo justamente a él, con el historial personal que tiene, a debatir sobre este tema tan complejo iba a ser una buena idea? Cualquier persona con más de dos dedos de frente podría pensar que no, pero para la producción de tan criticado envío nada importó.
Y es que la otrora conductora de Canal 13 señaló que “Un hombre que abandonó a su hija no puede opinar mucho sobre este tema. Tú representas todo lo que para mí resulta agresivo, porque el irse del país, dejar una hija chica… me parte el alma”.
Mientras la discusión elevaba su tenor y habían palabras cruzadas, Israel optó por salir momentáneamente del estudio en medio de quejas por los dichos de Pollak. Luego volvió, obviamente, para defenderse.
¿Cuál es la idea que tienen los altos ejecutivos de TV+? ¿Buscar levantar a como de lugar un programa que nació muerto y que todos los días es cuestionado una y otra vez? Más que convocar a la audiencia, lo que hace es espantar a los televidentes generando el mismo ambiente tóxico que dominó la televisión chilena hace diez años, generando la crisis más grande que haya vivido nuestra industria televisiva. Lo más irónico es que cuando “re-inician” sus transmisiones, la declaración de intenciones señala que ellos apuestan por una programación “positiva”.