Estamos ya imbuidos con el ánimo que genera una copa del mundo, a pesar de lo detallado la semana anterior, el “modo mundial” se está cumpliendo y se refleja en las sintonías de los canales que están transmitiendo el mundial. Pero más allá de esta apreciación, es necesario desde aquí dimensionar un elemento especial que ha alimentado a la televisión chilena desde sus orígenes, una necesidad de estar presente en los grandes eventos internacionales.
Lo del mundial del ’62 sin dudas que motivó a nuestra televisión todavía experimental salir de las transmisiones temporales para dedicarse a ser un gran medio de masas, y sobre todo, comprometerse a estar presente en las grandes instancias mundiales. El hecho de haber realizado una transmisión de la complejidad de una copa del mundo genera una motivación de mantenerse como un medio permanente, y se hicieron todos los esfuerzos necesarios para estar en las grandes instancias a pesar de las distancias y las dificultades todavía existentes para trasmitir vía televisión algunos grandes acontecimientos, el ejemplo de esto fueron los especiales de Canal 13 dedicados al magnicidio del presidente John F. Kennedy en noviembre de 1963, donde se marcó una prueba de fuego para el futuro departamento de prensa del canal, fueron las necesidades urgentes de los grandes acontecimientos los que llevaron a cabo la decisión de crear departamentos dedicados a la cobertura periodística.
La llegada del satélite en 1968 fortaleció la presencia de estos eventos mundiales por televisión. Sin lugar a dudas que merece relevancia el esfuerzo técnico y humano realizado por la naciente Televisión Nacional de Chile (en conjunto con ENTEL) para llevar a los hogares chilenos el alunizaje del Apolo 11, a pesar de las dificultades que generaba la posición del satélite que imposibilitaba la llegada de las imágenes hacia el territorio chileno, al final los chilenos presenciaron el evento, logrando una posición privilegiada en Sudamérica, siendo de los pocos países que presenciaron el evento en directo.
Cualquier evento que se hacia afuera y que era mediada por el satélite servía de excusa para que la televisión se engalana y realizara grandes esfuerzos para traer la imagen a los tele espectadores chilenos, sean eventos deportivos, científicos y hasta reales, había una intensión de nuestra televisión de traer el mundo a Chile, de hacer sentir que no estábamos en el último lugar del mundo y que podíamos ser protagonistas de los grandes acontecimientos aunque sólo como espectadores, pero podíamos hablar el mismo tema que hablarían al día siguiente los habitantes de Londres, Nueva York o Tokio. Sin dudas que la idea de MacLuhan de la “aldea global” se estaban reflejando fielmente en nuestras pantallas, no es casualidad que uno de los programas de mayor repercusión en la década de los ochenta, Mundo, tenía como finalidad traer los adelantos tecnológicos y científicos del mundo a nuestros hogares.
El paso del tiempo y la cada vez mayor interconexión motivada por el surgimiento de Internet y el mejor acceso al transporte aéreo quitaron parte del tono especial que los canales chilenos distinguían a estos eventos. De todos modos, ha quedado bien inserto en las estaciones locales la importancia de marcar pauta en los grandes acontecimientos y enviar a sus mejores contingentes para estas instancias, así este año hemos comprobado ese interés de manera bien clara tanto como en el inicio de la invasión rusa a Ucrania, la muerte de Isabel II de Reino Unido como las elecciones brasileñas, aunque criticadas por la sobre exposición de las figuras anclas, estos ejemplos demuestran que la televisión chilena no quiere dejar pasar atrás los grandes eventos y buscar marcar presencia.
“Estamos más lejos para que usted esté más cerca” la frase de Claudio Palma es la mejor forma de poder resumir la vocación histórica y permanente de los medios televisivos chilenos de poder estar presentes en aquellas instancias en que el mundo se congrega para experimentar un cúmulo de experiencias compartidas. A pesar de todo lo que temíamos en un principio, la televisión chilena nuevamente ha cumplido su compromiso de estar en el mundial de Qatar, con mucha austeridad, con muchas ausencias, pero aún la pantalla chica se las arregla para decir presente. En fin, el sentido de estar en los grandes eventos fue el motor para que la televisión en Chile pidiese ser un medio masivo.