La crónica roja en los matinales y noticieros ha causado no solo la negatividad de la ciudadanía chilena, sino que también una sensación de miedo entre los chilenos, según los últimos índices de la Encuesta Cadem. Coberturas truculentas y sin ética periodística ni seriedad han estado, con justa razón, en la mira del Consejo Nacional de Televisión (CNTV).
Sin ir más lejos, en el acta correspondiente al 21 de noviembre, decidieron formular cargos contra Chilevisión por la emisión del pasado 26 de agosto de este año de su matinal “Contigo en la mañana”, en la cual se habló de adopciones ilegales. Fue la misma involucrada en la nota quien estampó dicha denuncia, señalando que hicieron dicho reportaje “sin una previa investigación y sin cerciorarse si la información que le dieron fuera real. Y dando a conocer mi rostro sin mi consentimiento, siendo yo mayor de edad. Además, en ese mismo reportaje mencionan mi nombre y la comuna donde vivo”.
“Esto me afecto a mí y a mi familia en el sentido de que se da a entender que mi adopción fue hecha por mis padres de manera irregular”, cerró el cuestionamiento.
En un análisis del contenido emitivo le dieron la razón a la denunciante, constatando que “la existencia de antecedentes suficientes que permiten presumir la existencia de una supuesta infracción del deber de funcionar correctamente por parte de la concesionaria, por cuanto habrían sido utilizadas imágenes de una persona carentes de interés general y sin el debido consentimiento de su titular, develando además datos personales de aquélla, como lo es su comuna de residencia y nombre, resultando presumiblemente con ello afectado su derecho a la imagen, vida privada y protección de sus datos personales, además de constituir una intromisión y exposición ilegítima de su vida familiar”.
Sumado a ello, el organismo estimó que “no resultaría difícil de prever las negativas consecuencias que ello podría acarrear para su familia adoptiva, respecto de la cual no se tiene ni se aporta antecedente alguno que hiciera presumir que el proceso en cuestión hubiese estado viciado, afectando con ello el derecho a la vida privada, familiar y honra de los integrantes de la familia adoptante”.