El 2022 ya está comenzando a hacer sus maletas y despedirse, y hasta el último día de este año, nuestros ubicados y desubicados desfilan como los hinchas argentinos en los estadios del Mundial de Qatar.
El ubicado: Premios Musa 2022

Hay algo muy especial que hace TVN en el último tiempo, y es que se está haciendo cargo de una de las problemáticas que le están haciendo un flaco favor a la calidad de nuestra TV: La falta de espacios musicales. Resulta incomprensible que habiendo una gran cantidad de artistas que están dando que hablar tanto en Chile como en el extranjero, incluso llenando las giras nacionales, nuestra industria no lo está reflejando con la intensidad que realmente merecen.
Felizmente en el canal estatal así acogieron el llamado y de esta manera han estado apostando fuerte no solo por mostrar la vida de los artistas del trap chileno en “Urbanos”, donde María Luisa Godoy está lo suficientemente involucrada en ese mundo; sino que en lo que vimos el domingo pasado, con la emisión de los Premios Pulsar 2022.
Unos galardones que nuevamente reafirmaron el compañerismo y la sana convivencia que hay dentro del ambiente musical, y muy especialmente dentro del pop femenino. Al contrario de lo que alguna vez hubo en Estados Unidos en donde las rivalidades eran provocadas por la prensa y sus fandoms agarraban papa y todavía no superan ciertos flancos, en este país aún con una industria farandulera en contra no sucede nada de aquello. Denise Rosenthal recibiendo el apoyo de sus colegas artistas y agradeciendo a cada una de ellas es un claro ejemplo de aquello. Por su alma no corre envidia ni competición, sino que sororidad y apoyo mutuo y reciprocuo.
Una excelente producción que además se tradujo en la aclamación de la crítica, tanto de quienes lo escucharon por la extensa red de emisoras de IARC como por TVN en sus diferentes plataformas. Eduardo Fuentes y “La Mari” hicieron un trabajo impecable, todos pusieron de su parte, aún cuando no tuvieron la experiencia y pudieron cometer muchos errores, pero nada que se pueda solucionar. Y ya que estamos…
Los desubicados: Los que criticaron el vestido de Denise Rosenthal

Okey, uno no podrá gustarle la música de la intérprete nacional que ya cumple 32 años de vida y ha logrado una relevancia a punta de aprendizaje constante, pero de ahí a juzgar su vestido como si fuese “Maldita Moda”, o peor aún, desde un puritanismo que a estas alturas es incomprensible, sin duda atrasa mil años.
Lo que hizo Denise no es distinto a lo que vemos todos los años en premiaciones musicales y eventos del espectáculo como los MTV Video Music Awards, los MET Gala y hasta los mismos Grammys desde el 2000 en adelante, en donde las vestimentas estrafalarias están a la orden del día y demuestran el poderío de las intérpretes. Y vaya que les costó a los gringos aceptar eso como un símbolo del cambio de conciencia, pues en los 70s vaya que despedazaron a Cher por solamente ir con el ombligo descubierto o con un vestido transparente en esa misma época.
El asunto es que si queremos que el espectáculo chileno de una vez por todas sea digno, profesional y donde la polémica no sea más que el trabajo, lo primero que hay que hacer es evolucionar de una vez. El mensaje es que las mujeres luchan para que puedan tener la valentía que tuvo Rosenthal a la hora de aparecer en estos premios, sin tener que ser tachada de “vulgar” cuando en la TV chilena se han visto cosas peores que sí pueden ser llamados como tal.
¿O acaso a los críticos de Facebook se les olvida cuando veían “Mekano” y “Morandé con Compañía”?
La carepalo: Marlén Olivarí

En el 2001 irrumpió en la televisión una viñamarina muy escultural que había tenido esporádicas apariciones en “Miss Hawaiian Tropic” como en “Sábado Gigante Internacional”, esta vez como una particular chica del tiempo que se sacaba la ropa a medida que avanzaba el pronóstico en el efímero programa noctámbulo de Chilevisión, “El País V”. A pesar de que en su minuto Kike Morandé la criticó, no titubeó a los pocos meses del fin del espacio en acogerla en su fiesta nocturna.
Su belleza hizo que la explotara al máximo haciendo osadas performances y hasta sacando VHS donde mostraba su vida y como trabajaba su cuerpo. Pero algo le pasó al periodismo de farándula que empezaron a venderla como “la gran show-woman de Chile” y ella, ni tonta ni perezosa, agarró papa y hasta vendió su vida privada. Así llegó la renuncia, una complicada vida personal y un alejamiento temporal de la TV, siendo la punta de lanza su fallida incursión en política.
Quiso ser alcaldesa de Viña del Mar y como pasó con Cathy Barriga contó con el más amplio apoyo de los medios como de los programas “outsider”, pero el habitante de la Ciudad Jardín no olvida quienes están siempre con la gente y la diferencia de los que solo acuden para la foto en la Gala del Festival como se lo cuestionaron mientras estaba en Calle Valparaíso, porque la triunfadora fue Macarena Ripamonti y Marlén, de vuelta al ostracismo.
Este año la tuvimos de vuelta en pantalla luego de un largo “período de reflexión” a través de “Tal Cual” en TV+. Pero algo le pasó que perdió los estribos: Calificó al feminismo como “puro show” y ninguneó la labor de la alcaldesa viñamarina, quizás el rostro político más creíble de la Región de Valparaíso junto con el Gobernador Mundaca, diciendo que “Chile cambió para peor”.
En primera, nos gustaría decirle a Marlén con el respeto que se merece su persona, que el feminismo lucha por que ella pueda sentirse libre de hacer lo que hizo durante más de diez años en MCC sin que nadie la juzgue por aquello (porque en esa época las críticas eran despiadadas, pero todas las noches soñaban con estar con ella) y para que su vida tenga la dignidad que nunca tuvo en su vida amorosa, principalmente con ese nefasto que hoy se forra haciendo politiquería en una radio en La Serena. Y segundo, Ripamonti ha trabajado incansablemente por Viña, ha recorrido los cerros de punta a punta, trabajando por lo que ella define como “el derecho a la seguridad” y ha actuado en consecuencia protegiendo no solo a sus habitantes, sino que a su misma gente, aunque El Mercurio de Valparaíso diga lo contrario o haga polémica desde la nada.
Marlén, es bueno tener una postura política y no tememos a las diferencias, no obstante hay que saber hablar.