Estamos en la recta final del mundial, el que para muchos iba a ser una competición desmotivada por los múltiples factores externos relacionados a la organización de la copa del mundo ha terminado siendo uno de los certámenes más interesantes de los últimos tiempos, con partidos inolvidables y selecciones que han jugado con maestría el llamado “factor sorpresa”, pero acá no estamos para analizar de la pelota, sino como se ve esta a través de la pantalla de televisión.
Mucha agua ha corrido en el puente tras estas tres semanas de mundial. Más allá de las eliminaciones inexplicables y los triunfos históricos, vemos como la televisión sigue siendo el gran canal de comunicación para transmitir este tipo de acontecimientos, para un país que no se tenían muchas esperanzas en torno a un éxito en sintonía en torno al mundial este certamen sólo ratifica la importancia que el deporte rey tiene para gran parte de la población. El problema radica que entre los que no guardaban muchas expectativas sobre el éxito de estas transmisiones estaban los propios canales de televisión. Todavía no nos guardamos el mal sabor de boca que solo apenas unas semanas antes de indicada la copa del mundo hayan anunciado los canales que iban a transmitir el evento. Mayor sinsabor ha generado en el público espectador que nuevamente muchos encuentros importantes no se tramiten en televisión abierta, dando privilegio a los derechos de un importante operador satelital de televisión, aunque siendo francos, este hecho se expande a lo largo de la región.
Pero más allá de las promesas cumplidas a medias sobre la televisación de partidos claves vemos pequeños grandes cambios en torno a la emisión de los partidos del mundial. Los entretiempos, tanto en las emisiones nacionales como internacionales (al menos en América latina) apenas son cubiertas por un pequeño segmento donde se revisan las principales jugadas del primer tiempo, abandonado los comentarios más especializados en relación al encuentro, todo el resto de esos quince minutos están dedicadas a la publicidad.
Para que se forme una idea, hasta hace pocos años se dedicaban al menos cinco a siete minutos en el medio tiempo para analizar las acciones del partido, más allá de una somera revisión de las jugadas más relevantes se hacia un análisis bien pormenorizado de los planteamientos técnicos y generales del encuentro y que iban más allá de los análisis inmediatos que acompañan el relato en medio del encuentro. En otros países, ese análisis más detallado era entregado por analistas que sólo aparecían durante este entretiempo.
Pero la ausencia del comentario más completo también se evidencia en el post juego, al menos en el caso de las cadenas locales que adquirieron los derechos de emisión, apenas acabado el encuentro se terminan las transmisiones, dando paso a otros partidos, quedando para otro momento los comentarios finales y pormenorizado del encuentro. Hay ocasiones en que acaba de sonar el pitido final y luego de un par de tomas se cierra la transmisión.
Es cierto que no todo el público que ve fútbol en el mundial es el cotidiano espectador de este deporte, queda para el futbolero una ausencia de una cobertura más completa sobre el mundial. Es cierto que las coberturas chilenas en torno a la copa del mundo siempre han tenido una gran polémica en torno al abuso de notas extra deportivas, pero al menos en estas coberturas existía un espacio dedicado al análisis pormenorizado del encuentro, donde más allá de ver ciertos momentos del partido se buscaba presentar un panorama más completo sobre los esquemas técnicos detrás de la acción deportiva. Se hace evidente la necesidad de que los canales abiertos se enfocan en lo general y que para buscar un detalle más completo hay que acudir a los comentarios en la televisión pagada, estos últimos han estado en el banquillo de acusados por ser extremadamente hinchas de las selecciones donde provienen los comentaristas (por no decir en su gran mayoría argentinos).
Literalmente la cobertura de este mundial nos ha dejado sin comentarios.