Luego de lo sucedido en Brasil tras la toma de asalto por parte de los golpistas adherentes de Jair Bolsonaro, miles de dardos fueron apuntados contra el Grupo Jovem Pan, dueño de una radio y de un canal de noticias que hace poco debutó en la televisión por cable.
En los últimos años ha aumentado su contundencia política afin al expresidente ultraderechista, a tal punto que incluso sus columnistas y anchormans han alentado a una guerra civil, al racismo y a la glorificación de la Alemania Nazi, a tal punto que han hecho saludos fascistas.
Incluso luego de la victoria de Lula, la presentadora de su matinal exigió a los militares destituir a los ministros del Supremo Tribunal Federal.
Puntualmente ayer, la cadena tuvo a una periodista que estaba en directo desde la misma protesta antidemocrática que destrozó la sede de los tres poderes en el Distrito Federal, así como también a un panelista que señaló que la protesta “era legítima” y que meses antes había puesto en duda la efectividad de las urnas electrónicas.
La salida de su mandamás
La consecuencia directa es que Jovem Pan News perdió el avisaje de varias marcas importantes, así como ha tenido una campaña que evidencia las noticias falsas que ellos promovieron en los últimos meses.
Por lo mismo su principal ejecutivo Antônio Augusto Amaral de Carvalho Filho, apodado como “Tutinha”, renunció a su cargo de director de la cadena de noticias como también de la presidencia del grupo.
Quien ostentaba su cargo desde 2013 tenía un comportamiento inestable dentro de la dirigencia pues generó peleas con los demás medios de comunicación, despidió a periodistas solo por su mal humor y luego de la derrota de Jair Bolsonaro hizo de todo para desprenderse de su imagen.
Su reemplazo será Roberto Araújo, quien tendrá la difícil misión de alejar a la compañía de casi ochenta años de la extrema derecha.