Desde hace dos semanas Luiz Inácio Lula da Silva asumió por tercera vez el mando de la Presidencia de la República de Brasil. El exlider sindical tendrá la difícil pero noble misión de recomponer un país crispado y fracturado luego de cuatro años de un internacionalmente cuestionado gobierno de Jair Bolsonaro.
Un cuatrenio caracterizado por agresiones a periodistas críticos así como favorecimiento, mediante la pauta oficial, a medios y canales de televisión afines como RecordTV (aunque recientemente su propietario, el líder de la turbia Iglesia Universal del Reino de Dios, ha reconocido al fundador del Partido de los Trabajadores como nuevo mandamás), RedeTV! y el caso que vamos a reseñar a continuación: Jovem Pan.
La historia cuenta que es una radioemisora de gran recorrido dentro de la Amplitud Modulada brasileña, que en los últimos años se ha caracterizado por una programación contundentemente favorable al ultraderechista.
Durante este año se fundó su canal de televisión por cable llamado Jovem Pan News, que ha cometido varios horrores editoriales. Ni siquiera errores, son horrores propiamente tales. En febrero, el analista político Adrilles Jorge habló contra el comunismo tildándolo de criminal, sin embargo luego de su intervención hizo un saludo nazi.
El presentador José Carlos Bernardi comentó sobre Amanda Klein respecto a Alemania. Todo iba bien hasta cuando comentó que el país teutón se hizo rico y grande matando judíos en la Segunda Guerra Mundial.
En el programa “Morning Show”, Zoe Martínez realizó comentarios racistas contra el intérprete de samba Neguinho do Beija-Flor, tratándolo de “negro que en la oscuridad solo vemos el chicle”.
La severa investigación contra sus dichos antidemocráticos
Después de los lamentables sucesos ocurridos el pasado domingo (8) en Brasilia, en donde grupos de terroristas afines al expresidente ultraderechista invadieron la sede de los tres poderes en la capital, todos los dardos apuntaron contra Jovem Pan.
Y es que dentro de la cobertura de la señal solo se trató como manifestantes, inclusive se tuvo enlaces en directo con periodistas que estaban en medio de las invasiones. En todo momento señalaron que se trataba de “una protesta pacífica” en donde “no se ve a nadie armado, practicando actos de destrucción” y que simplemente están “expresando su indignación y su manera de pensar”. Las imagenes que se vieron posteriormente en redes sociales y que al mismo tiempo dieron la vuelta al mundo demostraron lo contrario.
Su comentarista Paulo Figueiredo, nieto del exdictador Joao Baptista de Oliveira Figueiredo, el mismo que en 1980 tomara la decisión de cerrar Rede Tupi, había dicho que solo eran personas que estaban revoltadas por la forma en que la elección se había llevado a cabo.
El mismo columnista había señalado días después de la victoria de Lula que no explicaba como la gente aceptaba una elección sin legitimidad ni transparencia, pero no solo eso, sino que se aventuró en incentivar una guerra civil.
Estas y otras frases han motivado a una investigación que busca analizar todo lo que se ha proferido en Jovem Pan por parte del Ministerio Público Federal. El documento señala, según reporta el periodista Ricardo Feltrin, que hay innumerables pruebas que el canal ha actuado en la difusión de mentiras y en defensa de un eventual quiebre democrático.
La señal “difundió noticias falsas, excedió su libertad de expresión (…) y promovió acciones sistemáticas (…) que generan desorden o caos informativo, con efectos potencialmente nocivos para la comprensión de la población”, según reza un documento al que el citado profesional tuvo acceso.
En riesgo de cierre
Este caso sumamente excepcional, sin precedentes en la historia de la televisión y los medios brasileros, está en los ojos y oidos de la Procuraduría General de la República y el Ministerio Público Federal, que puede dictaminar desde la suspensión de la licencia por 30 días o derechamente poner fin a la concesión.
Sin embargo, dichas medidas radicales pueden ser evitadas si la misma Jovem Pan se compromete a no difundir más “fake news” a la población. Claramente el rehusarse a esto último puede ser perjudicial para un circuito que tiene más de 78 años de historia, y cuya reputación se ha visto mermada por su apego irrestricto al bolsonarismo y todo lo negativo que eso conllevó.
La campaña que causó la baja de anunciantes
Muchos meses antes del asalto a los tres poderes, la organización “Sleeping Giants Brasil” organizó en sus redes sociales una campaña para pedir a los anunciantes de Jovem Pan que retiren sus pautas publicitarias. Según los mismos, no se puede tolerar que las marcas más importantes avalen la dispersión de falsedades y dichos que atentan contra las instituciones democráticas.
Felizmente la cruzada ha tenido resultado y hasta el cierre de este reportaje, ya son 29 auspiciantes los que se retiraron del avisaje.
Asimismo, la agrupación también oficiará mediante la justicia a las cableoperadoras locales (Claro, Vivo, Sky y DGO) por tener en su parrilla un canal de televisión que ha faltado constantemente a la verdad y al estado de derecho, incluso difundiendo bulos durante la pandemia para sostener el negacionismo que Bolsonaro ha tenido respecto al COVID.