Este domingo se emitió el capítulo final de temporada de “Todo por ti”, el programa de entrevistas donde Cecilia Bolocco invita a famosos a homenajear a sus madres con una bella conversación, una rica cena y una emotiva carta.
El capítulo de cierre tuvo a la animadora Millaray Viera, quien se reunió con Cecilia para conversar sobre su vida, su carrera y su relación con su madre, la ex modelo Mónica Aguirre, y su padre, el fallecido cantante Gervasio.
A la hora de hablar de su madre, la ex rostro de Chilevisión indicó que es un pilar fundamental en su vida. “Mi mamá es una mujer que a mí me sorprende, porque con esa cantidad de dolores y pruebas sigue siendo positiva y tirando para adelante (…) La admiro por conservar su bondad e ingenuidad a pesar de todo lo que le ha pasado en la vida. Es como una niña mi mamá, a veces yo soy un poco la mamá de mi mamá”, sostuvo.
Acerca de su infancia, Millaray recordó que fue sumamente feliz, a pesar de que vivió desde siempre con el peso de haber perdido a su padre, quien murió cuando ella sólo tenía tres años.
“No es un tema fácil para mí. Hay gente que no entiende por qué no lo hablo públicamente, y es por eso, porque no me es fácil”, admitió Millaray, agregando que su madre siempre se preocupó de ayudar a que ella y sus tres hermanos no se vieran expuestos al dolor.
“Yo tenía tres años y no debería recordar nada, pero precisamente porque fueron épocas muy difíciles, tengo recuerdos de algunas cosas, sensaciones, emociones, cosas que sentía en mi entorno. Fue un tiempo muy difícil para mi familia en general, mi madre dos días antes de perder a mi padre perdió a mi abuela, de hecho mi padre murió el día de su funeral. Recuerdo haber tenido la sensación de ‘Aquí hay tristeza’. Pero mi mamá lograba abstraernos de eso y siempre tuvimos espacio para ser felices. Yo la veía triste cuando ella no se daba cuenta que la estábamos mirando, entonces mis recuerdos de infancia son de todas maneras muy lindos”, señaló.
Finalmente empezó a darse cuenta de las circunstancias detrás de la muerte de su padre -quien fue encontrado víctima de un aparente suicidio- de manera casual. “Yo estaba en el colegio y un compañero me hizo un comentario sobre cómo murió mi papá. Recuerdo haber pensado ‘Pero eso no es así’, y ahí me di cuenta de que yo tampoco lo sabía. De ahí surgió la conversación con mi mamá y me contó cómo fue, en lenguaje infantil y paulatinamente”, recordó.

Según rememoró Millaray, era muy apegada a Mónica cuando niña. “Yo era la que más pescaba a mi mamá, la que se pegaba la lata de ir a los desfiles y estar cinco horas sin hacer nada. Lo hacía para estar más tiempo con ella”, recordó.
Sin embargo, la animadora hizo un mea culpa sobre la forma en que trató a su madre en su infancia y adolescencia. “Durante mucho tiempo fui muy buena para juzgar a mi mamá. No fui una mala hija, pero era buena para sacar algunas cosas. Creo que a partir de mi maternidad hay muchas cosas que entendí”, indicó.
La ex “Sabingo”, quien se definió como “súper nerd, ñoña, matea en el colegio”, contó a Cecilia que se sacaba tan buenas notas que siempre pensó que iba a estudiar algo tradicional. “Yo amaba mucho la música pero algo me hacía ir en contra de eso”, confesó. Finalmente, la oportunidad de encontrar su camino le llegó a los 13 años cuando, tras participar en el programa de Canal 13 “Nace una estrella”, fue invitada a cantar “Con una pala y un sombrero” a la Teletón del año 2000, acompañando a un video de su padre.
“Ese día cambió mi vida para siempre, sin vuelta atrás. Yo salí y era otra irreversiblemente, ese día me transformé en una persona pública”, reconoció sobre su llegada a la televisión. De ahí al año siguiente saltó a conducir “Música libre”, en Canal 13, con Matías Vega, y recibió innumerables ofrecimientos de programas y de discos.
“Creo que fui muy valiente de lanzarme así a los 14 años. Pero yo me fui yendo para adentro desde mi adolescencia hasta mi adultez. No sé muy bien qué pasó, pero quería tener una vida más normal, terminar el colegio”, reveló Millaray.
Su alejamiento de la fama vino luego de firmar un contrato con Warner Music para grabar un disco, cuando decidió dar un paso al costado. “Renuncié y renuncié a la tele también, me alejé de todo. No me arrepiento para nada porque quizás habría sido más difícil y más larga esa etapa que me salté”, sostuvo.
Finalmente, tras salir del colegio decidió dejarlo todo e irse a vivir a México para iniciar una nueva vida. “Me fui a trabajar en la TV allá y me liberé de esta carga de ser la ‘hija de’, porque allá nadie me conocía”, explicó Millaray, y recordó lo que su madre sufrió con su partida.
“Cuando yo venía de vacaciones y me iba le pedía a mi mamá que no me llevara al aeropuerto porque me iba muy angustiada. Ella lloraba y lloraba”, dijo.
Fue en el país azteca donde conoció, recién llegada, a Álvaro López, vocalista de la banda nacional Los Bunkers, quien se convirtió en su primer esposo. “Duramos poco casados. Empecé con él a los 18, fue la crónica de una muerte anunciada, era muy chica”, indicó la animadora, y recordó el impacto que sufrió al darse cuenta, con sólo 20 años, que estaba embarazada.
“Cuando me enteré que iba a ser mamá se me vino el mundo encima por unos días. Era muy chica, no estaba en mis planes, estaba recién trabajando en México. Álvaro, en cambio, estaba feliz desde el primer día, decía que era una linda noticia y había que celebrar, y yo le decía ‘¿Pero qué vamos a celebrar?'”, admitió Millaray, añadiendo que inicialmente todos en su familia estaban más felices que ella.
“Yo no habría tenido guagua a los 21 si hubiera podido elegirlo. No es el escenario ideal. Y no siento culpa por eso, no tiene que ver con el amor inmenso que siento por mi hija. Yo trato de inculcarle que viaje, que viva primero”, sostuvo, agregando que sus hijas Julieta y Celeste son actualmente lo más bello que tiene en su vida.

Como es tradición en “Todo por ti”, Millaray y Cecilia se dirigieron a la cocina para preparar una cena especial para su madre, en este caso, pascualinas de panqueques gratinados con espinaca. Ya llegada Mónica, la ex modelo recordó que ese plato era una especialidad de su abuela. “La Milla heredó de mi abuela el talento en la cocina, y eso que cuando murió era muy chiquitita”, indicó.
Recordando sus inicios en el modelaje, Mónica explicó que no fue una decisión consciente suya. “A los 13 años hice un curso de modelo con Luisa Alcalde, que ya en mi época era muy antigua. Pero no era mi sueño ser modelo, quería ser actriz o periodista”, indicó.
Efectivamente podría haber sido actriz considerando que su madre, Mónica Sifrind, fue una reconocida intérprete de los años 80 en proyectos de ficción como “A la sombra del ángel”, “Vivir así” y “La Quintrala”. La actriz fue también un pilar fundamental para su hija, ayudándola tras la muerte de Gervasio.
“Mi abuela hizo un poco de segunda madre. Como mi mamá se quedó sola tuvo que trabajar mucho siempre, y muchas veces quedamos al cuidado de ella. Sus últimos años cuando se enfermó de cáncer súper joven se vino a vivir con nosotras para su tratamiento, yo le cedí mi pieza, y lo vivimos muy cerca”, recordó Millaray sobre su abuela, fallecida en 2004.
La viudez de Mónica le significó ser el único sostén de su casa, por lo que pasaron por penurias económicas en esos años. “Fueron momentos muy difíciles. Ser modelo en esa época, en Chile, donde nunca fue algo muy bien pagado, significaba tener que inventar otras cosas. Yo no tenía ningún empacho en ir a los colegios a que me hicieran descuentos por los cuatro”, indicó Mónica acerca de esa época y agregó que cometió muchos errores por su inexperiencia siendo una viuda tan joven.
“Yo tenía muchas cosas en las que fui muy inconsciente, por la juventud. Yo era muy polla, muy tímida, después fui desarrollando un poco más de personalidad. Por eso mis hijos fueron mi motor, la inspiración, saber que hay cuatro cositas que dependen de ti”, dijo.
“Mi mamá no tenía una red de apoyo en lo económico”, agregó Millaray. “Recuerdo épocas largas de escasez. Muchas veces nos cortaron la luz. Pero agradezco eso, son esos momentos los que me hicieron la persona que soy. Éramos muy conscientes de nuestra realidad”.
Posteriormente, recordando a su esposo Gervasio, Mónica dijo que fue un amor fulminante. “Yo suelo ser así. Lo vi y no nos separamos nunca más desde ese día”, sostuvo.

Además, refiriéndose a los nombres de sus cuatro hijos -Yanara, Millaray, Nahuel y Lincoyán-, Mónica recordó que tuvo dificultades a inicios de los 90 cuando decidió bautizarlos. Según contó, tuvo que modificar sus nombres para hacerlos sonar más “católicos”, por consejo del sacerdote, de modo que Millaray se llama “María Millaray”. “El padre que los bautizó les puso así. Eso ya no pasa ahora”, dijo Mónica.
Consultada por Cecilia acerca de su tío Marco, fallecido hace dos años, Millaray dijo que estaban irremediablemente alejados de él. “Mi tío estaba enfermo desde hace muchos años por una adicción a las drogas. Fue un hombre muy bueno, muy lindo, muy querido, con grandes oportunidades en la vida. Lamentablemente terminó viviendo muy lejos de nosotros, desaparecía por largos períodos de tiempo. Es el gran dolor en la vida de mi madre”, explicó la animadora, añadiendo que el hombre vivía en situación de calle.
“Me lo encontré una vez en la calle, en el centro. Se quedaba en el Hogar de Cristo, fue fuerte (…) Mi familia hizo lo que pudo por salvarle la vida, realmente lo hicimos todo. A su funeral llegaron muchos amigos, algunos que vivían como él, y ahí entendimos que era su opción”, indicó Millaray.
En tanto, entre lágrimas, Mónica recordó que a su hermano menor lo crió como un hijo, por lo que fue un gran golpe su pérdida. “Él fue mi ensayo, mi primera guagua”, dijo.
Para cerrar el último capítulo de la temporada de “Todo por ti”, Mónica se mostró orgullosa de sus cuatro hijos. “Mis hijos son buenos seres humanos, eso es algo que para mí es súper importante. Y en eso al menos creo que lo hice bien, siempre les hablé del amor”, sintetizó.