Nunca faltan las polémicas en el Festival, pues se sabe que en cuanto a parrilla nadie queda conforme. El nombre de Emilia Mernes fue puesto en entredicho pues era parte de los cuestionamientos de parte de ciertos “boomers” a la parrilla, catalogada absurdamente de “demasiado juvenil”.
Como ha sido la tónica de estas dos noches, la parrilla “débil” como la catalogaron exespecialistas en música como Andrés Caniulef demostró que funciona, es efectiva y atrae a la audiencia tanto lineal como digital. Y en eso entra la ex Rombai, que ya estuvo en el certamen siendo vocalista precisamente del grupo.
Apenas cuenta con un disco llamado “Tú crees en mí?” -excepcional por cierto-, más que suficiente para hacer un show de primer nivel, como ha sido consonancia. La trasandina vino a demostrar que está lejos de pasar desapercibida o ser irrelevante, sino que todo lo contrario.
Gran momento también se vio cuando al recibir la primera gaviota, su madre le expresó su orgullo por su éxito arriba del escenario.
Derrochando simpatía y una dulce y a la vez potente voz, Emilia encantó de principio a fin. Su desplante en el canto y en el baile, al igual que su connacional Tini Stoessel, fueron parte de la espectacularidad que rodeó una noche que en lo musical fue argentina, demostrando que no solo son los campeones mundiales en el fútbol, sino que también en la música.