Desde que se anunció de pisa y corriendo el nombre de Rels B en el Festival de Viña del Mar hubo muchas voces críticas al respecto. Nosotros pensábamos desde el prejuicio al desconocido de que iba a ocurrir la misma suerte de Natusha en 1993 o el infame recuerdo de Yandar & Yostin en 2014, del cual solo se recuerda por una Quinta completamente vacía y el trolleo de Radio ADN.
Debemos reconocer humildemente que nos equivocamos, porque contrario a lo que muchos habíamos pensado, el ibérico no solo hizo un buen show de música urbana en una noche “adulto joven”, sino que además mantuvo un cuasi-lleno en el recinto, disipando todas las dudas y suspicacias de su nombre.
Esto nos hace reflexionar sobre las aprehensiones que desde el primer minuto se tuvo acerca de este Festival. Se juzgó porque era muy cargado a lo juvenil, se les puso en duda en cuanto a su calidad musical y hubo mucho comentario “boomer” al respecto, principalmente del matinal de Chilevisión. Si bien desde ese mismo instante creiamos lo contrario, el desempeño de los mismos hizo cerciorarlos de que sus comentarios no eran más que un prejuicio.
Al final, el español nos hizo ver que pudo hacer -dentro de la música urbana- un show concretamente bueno, con una puesta en escena que si bien no tuvo mayores pretensiones, si tuvo un excelente valor musical.
¿Qué nos dice también? Que no porque no suenen en la radio o no aparezcan a menudo en los charts quiere decir que sea un desconocido. En realidad, nadie nace siendolo, solo lo pueden hacer los mismos hijos de las celebridades como Beyoncé, Paris Hilton o Kylie Jenner. Hoy lo que la lleva es lo digital y aunque nos indignemos por algunas preferencias de Spotify, nos guste o no, debemos hacer un reconocimiento a aquellos que superaron todo tipo de juicio apresurado y terminaron sorprendiendo.
Felicitaciones por Rels B. Al igual que el desarrollo artístico de esta versión, logró tapar la boca a muchos. Y en este caso, a nosotros mismos.