En los días previos al Festival de Viña del Mar supimos de un sinfin de problemas durante la antesala, vinculados a la gestión de Bizarro y el tripartito de TVN-Canal13-Disney: Desde artistas que se bajaron del certamen como Maná o Yerko Puchento y las dudas que dejaba Alejandro Fernández tras aparecer en un dudoso estado en un concierto en México.
Asimismo, la prensa farandulera no dudó en hacer leña de un arbol a punto de caerse. De hecho, Sergio Riesenberg en “Sígueme y te sigo” (TV+) dijo que el evento debió haberse suspendido y hasta lo comparó con el Gobierno. Raro viniendo de un programa cuyo género dice ser apolítico y no comprometerse con una opción.
Otras críticas vinieron desde los otros canales de televisión que tomaron una postura ácidamente cuestionadora. El matinal de Chilevisión se aventuró en decir que este iba a ser el peor festival de la historia y en Mega se preguntaban si extrañan los festivales de antes. El problema es que en la crítica se incurrieron en falsedades como cuando dijeron que Luisito Comunica venía de jurado, cuando en realidad vino invitado por la organización para presenciar en primera persona el Festival latino más grande del mundo.
Sin embargo las más incomprensibles fueron las que hablaron de una parrilla “demasiado juvenil” y “débil”, ignorando el arrastre de varios nombres dentro de dicho estrato. Que la gente no lo iba a ver, que no iba a encontrar la masividad. Mucha crítica tachada en las mismas redes de “boomer”.
¿Cuál fue nuestra postura? Que si bien los problemas organizativos eran evidentes y un hecho, deseamos que estos sean compensados por shows de primer nivel. Y felizmente así ocurrió.
Los puntos altos
Desde el primer día que Viña 2023 acalló todas las críticas desde diferentes programas. El notable show de Karol G demostró que vino en el momento preciso, en una buena etapa de su carrera y con hits que bailó todo el Monstruo, hasta la misma Alcaldesa Ripamonti que se mostró feliz vacilando los acordes de “Tusa”.
La fuerza juvenil no terminó ahí pues Tini Stoessel y Emilia Mernes demostraron que Argentina no solo es campeón en el fútbol, sino que en la música. Ambas lograron un show impecable, con excelentes puestas en escena y una simpatía a flor de piel.
El lenguaje televisivo vino de la mano de la actuación de Los Jaivas, pues era ecuánime la solicitud de la Gaviota de Platino. La producción quiso jugar al suspenso hasta el final con la entrega de las llaves de la ciudad, sin embargo cuando llegó dicho reconocimiento el público gritó a más no poder, emocionada y transformando la tensión de los minutos previos en fervorosa alegría.
La transversalidad de las canciones de Fito Páez, un hombre que le guarda cariño al Festival, fue un valor agregado para el intérprete de rock. Lo mismo Rels B que nos tapó la boca cuando decíamos que iba camino a ser un nuevo Yandar & Yostin, cosa que felizmente no ocurrió.
Sin embargo, la llegada de Christina Aguilera al Festival latino más grande del mundo transformó a Viña en el epicentro de la música en el mundo. La icónica diva pop dió la razón a muchos quienes pedíamos su presencia en la televisión local con un show sin cuestionamientos y con mucho talento, tanto de su cuerpo de baile y sus músicos como de ella misma.
La última noche que se suponía que iba a ser flojita, terminó siendo todo lo contrario. Muchos podrán detestar la música de Camilo o su apariencia de su famoso bigote, pero guste o no tiene un no despreciable público que lo sigue a todos lados y fue cómplice de su éxito. Ningunear o menospreciar eso sería tapar el sol con un dedo.
El cierre de fiesta lo consignó Nicki Nicole con una presentación solida que nos dice que no hay que menospreciar la música joven por la llamada “brecha generacional”, pues ella es de verdad: Talentosa, simpática y con un largo aprecio por las viejas generaciones.
El humor, de menos a más
Muchos le tuvimos fe a “Belenaza” pero lamentablemente si bien empezó pisteando a lo campeona, se fue por las ramas con la inentendible historia de la ensalada, que quedará en la historia de los momentos más infames de la comedia en el Festival como lo fue “el chiste del cloro” de Ricardo Meruane. Laila Roth tuvo el mismo efecto, solo que tuvo la ternura y la autocrítica suficiente para salir del paso y cortar dignamente cuando notó que estaba aburriendo.
De ahí para adelante, pum para arriba: Diego Urrutia nos hizo olvidar a Yerko Puchento con una rutina joven y eficaz, espantando los fantasmas y echándose al público al bolsillo de una forma magistral. Pamela Leiva fue la que sacó la cara por las mujeres con grandes sorpresas y mucho “Plot Twist”, ganándose el respeto de los televidentes y asistentes a la Quinta.
Pero los dos mayores nombres tienen un amplio consenso. Fabrizio Copano y Rodrigo Villegas la rompieron y fueron lo mejor de lo mejor. El último se consagró con un espectáculo lleno de chistes negros pero con momentos hilarantes como la irrupción de Eduardo Fuentes parodiando esos insoportables anuncios de YouTube. Y el primero revirtió el peligro en solo un minuto con mucha talla puntuda y la aparición de sus excompañeros del “Club de la comedia” y de “Los Bunkers”.
Mejoren la competencia de una buena vez
La Competencia Internacional fue deslucida, con mucha interpretación paupérrima y canciones lejos del nivel que alguna vez llegó a tener. Sin embargo, Yorka demostró su buen pasar y con la canción “Viento” se llevaron la Gaviota de Plata. Ambas tienen una excelente llegada en el público indie, por lo que el desafío que les queda es poder hacer su música más masiva pues el talento está dentro de las hermanas Pastenes.
Mención honrosa a Zelaya, la representante de Guatemala que se llevó el premio a Mejor Intérprete. Vemos una posibilidad de superación para Mila Manes. Y Teo sencillamente no da en el tono.
Todo lo contrario fue lo que vimos este año en la folclórica: Magistrales interpretaciones y excelentes puestas en escena. Laia estuvieron a la altura y a pesar de que quedaron segundas, lograron relucir el talento dentro de las hermanas Squella. Milena Warthon hizo un show espectacular por lo que su triunfo fue absolutamente merecido, al igual que el de Frank Di en Mejor Intérprete.
Pero nuestra súplcia es: ¡Justicia para Camilú! ¡No mereció una puntuación tan baja del Jurado Virtual pues la canción tenía estándares eurovisivos y una interpretación magistral! Eso pasa por votar con nacionalismos expirados y sin ningún criterio musical. ¿A quién le echamos la culpa? ¿A las pasionalidades o al hecho de que por estos tres años hubo escasos momentos para apreciar la música en instancias masivas como la tele? En realidad es una mezcla de todo.
Problemas que hay que solucionar
Como todo evento no estuvo exento de problemas. Felizmente la baja de Maná y Yerko quedó en segundo plano pues sus reemplazos demostraron que no son nombres contratados de pisa y corre pues su talento habló por si solo.
Pero hay otras que si están a la vista y que deben ser solucionadas. No puede ser que la agencia a cargo de las acreditaciones siga mirando en menos a los medios humildes o pequeños, pues ellos son los que le dan una amplia difusión al Festival e incluso con una labor mucho más seria que la de los canales organizadores y criticones. Eso lo denunció el concejal René Lues y se viene una demanda de revisión de concesión a los canales organizadores para que esto no vuelva a ocurrir en 2024 si quieren repetir por cuatro años más.
Fuentes que estuvieron dentro de la prensa nos informaron que hubo momentos en que la sala de prensa del Sheraton Miramar estuvo vacía, como fue el caso de Pamela Leiva. Creo que una comediante que se convirtió en suceso arriba del escenario no merece la indiferencia de la prensa acreditada.
Asimismo nos enteramos que hubo muchos profesionales que si fueron acreditados pero que se bajaron a última hora o sencillamente no fueron, y como “a rio revuelto ganancia de pescadores” hubo varios que lograron ingresar como periodistas con una credencial con un nombre que no correspondía. Y que a pesar de que el protocolo no aceptaba radios online, igual una emisora de internet si logró estar presente, lo que le da validez al reclamo de la “elección a dedo” de parte de la misma empresa de comunicaciones. La misma a la que se le viene pesado pues hubo radios con presencia regional y que incluso son parte de la ARCHI que quedaron fuera, y claramente esto no quedará así.
Los problemas de sonido fueron evidentes en el show de Paloma Mami quien inició de nuevo una de sus canciones, así como la reacción sobreaireada de Pablo Chill-E quien fue uno de los invitados en el espectáculo de Polimá Westcoast.
Balance general
Al final la parrilla que fue tachada de “débil” y de “demasiado juvenil” demostró que tuvo eficacia tanto en la televisión lineal como en redes sociales. Millones de espectadores en plataformas digitales así como 40 puntos de peak en la presentación de Karol G demuestran que en este primer año el acercamiento -o mejor dicho, reconciliación- de la industria televisiva local con los jovenes fue exitosa, y esperemos de buena fe que perdure en el tiempo.
Los animadores no deben demostrar poco oficio a la hora del inglés con Christina Aguilera. Es un error imperdonable no afrontar el desafío con profesionalismo y demuestra que los años sin anglos en época normal en televisión pasa la cuenta. El humor tuvo cuatro de seis aciertos y confirmó que con ingenio se pueden sacar carcajadas.
Los críticos terminaron quedando en ridículo pues al final, y a pesar de los defectos y virtudes, Viña del Mar cumplió en lo artístico, aún debiendo enfrentar problemas internos y externos que se deben solucionar. Felizmente y a pesar de dichos impasses, ellos no empañaron el excelente nivel de los shows que vimos en cada una de las noches y que estuvo lejos de ser “el peor festival de la historia” como se le llamó.
Y por si no lo sabía, hubo piscinazo pues la embajadora fue la animadora Tita Ureta. ¿Todavía existe eso? Si, y fue una jugarreta de los muchachos de La Hora para “no perder las tradiciones” que terminaron en el olvido. Y está bien que así sea, sin desmerecer lo excelente que es ella como rostro televisivo.