Si bien Ha*Ash llevan veinte años de trayectoria, desde hace solo diez comenzamos a saber de ellas en Chile. Sin embargo, la relación entre las hermanas aztecas con nuestro país devino en un romance que se tradujo en una sólida actuación en el Festival de Viña, otra en Las Condes y que se reafirmó la noche del viernes (03) en el Movistar Arena.
Un público mayoritariamente femenino e infantojuvenil repletó desde tempranas horas de la tarde el recinto del Parque O’Higgins. Apenas se apagaron las luces y sonaron los primeros acordes de la canción “Lo que un hombre debería saber”, los globos que habían sido dispuestos por sus leales fanáticos para llevar a cabo los infaltables “fan-actions” fueron agitados, mientras el público coreaba a todo pulmón.

La privilegiada voz de Hannah y Ashley, junto con sus excelentes dotes para el baile, se complementaron perfectamente con el sonido envolvente de su banda, la cual le dió un plus de talento y gran calidad de su presentación.
Durante todo el desarrollo de su presentación, Ha*Ash transformó el coloso de Beaucheff en una fiesta a la medida de la juventud. Sus canciones de amor y desamor con guiños tanto a la música urbana como al sonido del norte de México enamoraron desde el primer minuto.
Un momento especial ocurrió cuando en medio de una balada, los globos que durante todo el show portaba el público se arrojaron al aire. Más que especial fue mágico para generar una mística que hizo que las intérpretes se sientan como en casa.

Otro momentazo pasó cuando en medio de la canción “100 años” hicieron subir a dos pequeñas niñas portando una polera en la que declaraban su amor al duo. Los niños siempre tienen razón y en este caso el romanticismo de sus canciones les instruye a ser personas de bien, que tengan sentimientos, emociones, pero por sobre todas las cosas les inyecta optimismo, energía positiva y sobre todo amor.
Los excelentes pasos de baile que se demostraron en las canciones “30 de febrero” y “Odio amarte” le pusieron un condimento espectacular para el resultado de “la noche de los globos blancos”. El abrazo de ambas con nuestra bandera demostró que su romance con Chile que comenzó hace cerca de medio año no tiene final. Un show del más alto nivel que demuestra la calidad del buen espectáculo, ese que con honradez, honradez y trabajo puede lograr tremendos resultados.