Daniela Aránguiz nuevamente las emprendió contra Maite Orsini en “Zona de estrellas”. Anoche (27) en la emisión del programa de TV paga, mientras se hablaba de un insulto dentro de un show de streaming ligado a la ultraderecha, la farandulera justificó que una de sus conductoras tratara a la parlamentaria de “tonta” y “tarada”.
Tanto así que Mario Velasco, conductor del espacio, criticó los términos empleados señalando que “me da pudor leerla”. No obstante, la cuestionada figura pública defendió las lamentables descalificaciones. “¿Es verdad Mario?, ¿es como tonta?”, respaldó.
Ni siquiera Adriana Barrientos estuvo de acuerdo con su colega de programa. “¿Sabes la gravedad que tiene decirle tarada a una persona? Es gravísimo, para mí es una bomba atómica al lado de lo que dice”, aseveró la modelo.
Velasco siguió criticando las palabras de dicha involucrada, no obstante la actitud de Aránguiz no fue la mejor pues sacó a relucir un aspecto que estaba al margen de las aberrantes palabras contra la diputada de Revolución Democrática.
“Tu igual le dices payaso a Mauricio Israel, eso también es una falta de respeto, y también eres comunicador, y lo hiciste porque se lo merecía también, porque fue insolente contigo”, consignó.
“Estamos hablando de una cuestión del cielo a la tierra. Estamos hablando de tratar a una persona de tarada, y que sea como tonta para algo, versus decir payasa o payaso. No, yo creo que están tratando de justificar y empatar algo que a mí no me parece” dijo el expresentador de “Yingo”, visiblemente molesto por la actitud de la farandulera.
El blanqueamiento de las palabras por parte de la producción
Otro aspecto lamentable dentro del abordaje de este tema en “Zona de estrellas” fue que el GC escribió que “no tuvo piedad con Maite Orsini” y calificaron las palabras de la cantante vinculada a la dictadura solo como “un ácido comentario”.
Con esto, quienes dirigen el espacio de Zona Latina respaldaron completamente a la cuestionada personaje, sin reparar en la gravedad de los dichos los cuales fueron criticados por Velasco y Barrientos, más defendidos por Aránguiz.