Durante la dictadura, Augusto Góngora con un gran equipo nos mostraron lo que no tenía lugar por censura en los noticieros de la televisión abierta, con la crudeza y el oscurantismo de la época: Represión, torturas, la “cultura de la muerte” como decía en el primer capítulo de Teleanálisis. Llegada la democracia, empezó la revolución cultural en el canal público con el que logró recuperar la credibilidad y el prestigio, siendo un ejemplo de buena televisión con programas y segmentos innovadores y rupturistas. El Alzheimer hizo que él se olvidara de muchas cosas, pero nosotros no debemos olvidarlo. Por eso lo tributamos como alguien que marcó el acontecer televisivo en la época de la diversidad de contenidos inclusive dentro de la televisión cultural. Mientras tanto, la banda FM se agigantará luego del apagón analógico, pero… ¿Dará mercado para nuevos actores? ¿Se cumplirá lo prometido o todo seguirá donde mismo con dueños de dudosa procedencia?