En horas de esta mañana en Chile falleció uno de los hombres más controversiales, polémicos y rechazados de la política mundial: Silvio Berlusconi.
Se transformó en un magnate de los medios en Italia fundando el imperio Mediaset, que pasó de ser una emisora local llamada Telemilano a una de las más poderosas en el viejo continente, con un modelo que en los ochentas fue de mucha piel en programas de entretenimiento, el cual exportó en su mejor época a España, Francia y Alemania.
Asimismo, se presentó a las elecciones por primera vez en 1994 fundando el partido Forza Italia, cántico de la hinchada de la “azzurra” que se tuvo que dejar de entonar para no generar sospechas de ligazones. Usando su conglomerado para hacer proseletismo a través de sus principales figuras como Mike Bongiorno e incluso Ambra Angiolini (si, la misma que en este continente impusiera un único hit, “Te pertenezco”), logró ser primer ministro italiano en tres ocasiones.
Sin embargo y mientras las bellas modelos y otros personajes televisivos locales inundaban sus estelares, creaba un fraude fiscal de proporciones. Un tribunal de Milán lo condenó a cuatro años de prisión y tres a cinco años de inhabilitación de ejercer cargos públicos y una multa de 10 millones de euros, pero por su avanzada edad se acogió a la ley de amnistía y solo cumplió un año de arresto domiciliario.
Además, se comprobó que elevaba artificalmente el precio real los derechos de transmisiones deportivas y algunas películas hollywoodenses para evadir impuestos y llevar dichas recaudaciones a paraísos fiscales.
A ello se les suman sus “berlusconismos”, el simil italiano de las infames “piñericosas”. Durante los atentados del 11-S en 2001, habló de “la superioridad de nuestra civilización” frente a los arabes y calificó de “demasiado rosa” el gobierno del socialista español José Luis Rodríguez Zapatero por su numerosa cantidad de mujeres en el gabinete.
Pero además de sus rasgos autoritarios en la política y en la gerencia de medios por los que se le apodó “Il Cavaliere”, su peor cara se vio con el constante uso de las mujeres, lo cual no solo pudo observarse en la programación de entretenimiento de su Canale 5, señal de bandera de Mediaset. La fiscalía italiana comprobó que usó “esclavas sexuales” durante sus fiestas “bunga-bunga”, en la cual incluso participó Lisandra Silva, la misma que vimos en Chile en realities como en “Aquí se baila”.
Sin ir más lejos la fiscal italiana Tiziana Siciliano habló de que “solía animar sistemáticamente sus veladas recibiendo en su casa a grupos de odaliscas, esclavas sexuales a sueldo”, y además intentó comprar el silencio de varios testigos clave. Se añadieron además testimonios brutales de abusos de menores y orgías sexuales dentro del jolgorio.
Las reacciones dentro de Mediaset
La noticia del deceso de uno de los más deplorables políticos y empresarios multimediales del país a la vez se confirmó en el matinal de su Canale 5 “Mattino Cinque”, en donde la ancla no oculta su pena por la partida de su jefe. Al mismo tiempo, le da el pase a la programación de duelo con la que la televisora homenajeará a su controvertido dueño.
Como el pajaro canta hasta morir, su responso será en un estudio del centro televisivo, el mismo en donde en la antena que proyecta su señal se emiten los mensajes “Grazie Silvio” y “Ciao Papá”.
Mientras que en España, la cadena Telecinco que pertenece a la empresa internacional que creó Mediaset para manejar sus canales llamada Media For Europe (MFE), la presentadora Ana Rosa Quintana envió sentidas palabras, ocultando su personalidad conflictiva y degenerada sino mencionándolo solo como “un hombre importantísimo en la política de Italia en el siglo XX y ahora en el siglo XXI. También en el mundo de los negocios, del fútbol, de los medios de comunicación y de la televisión”.