Es un hecho de la causa que hoy los mayores están viendo televisión abierta de la forma más tradicionalista, y las colateralidades las vemos todos los días: Programas cuyo fenómeno en redes no suele traducirse en el People Meter, como también espacios rupturistas que no logran la sintonía esperada, y una audiencia avejentada que prefiere programas polémicos como “El Purgatorio” y “Mucho Gusto”. En julio se informó de cómo avanza una revolución en la medición de las audiencias y solo falta solucionar un lio de dineros para que se pueda poner en marcha. Mientras eso se soluciona, recordamos la guerra de las teleseries de 1988 en donde “Bellas y Audaces” fue uno de los dos únicos éxitos de un TVN cuyo proyecto no prosperó.