El mes de agosto sin duda es gratificante para Mega: Siguen liderando en sintonía, mientras que después de meses “Mucho Gusto” le arrebató el primer puesto a “Contigo en la mañana” de Chilevisión. No le hacen ni cosquillas las recientes polémicas y cuestionamientos al canal, principalmente al area de prensa que dirige Gianfranco Dazzarolla, respecto a cómo se abordan diferentes temáticas.
Para nadie es un secreto que el secreto del éxito del canal del Grupo Bethia son sus novelas, cuestionadas como también exitosas, pero a la vez que no pasan el filtro de la trascendencia, como sí sucede con producciones recordadas de la llamada “época de oro”. “Juego de ilusiones” está teniendo los mismos problemas que transformaron a “Verdades ocultas” en un meme andante; mientras que “Como la vida misma” es lo mejor que hoy tienen en cuanto a público cautivo. “Generación 98” resiste a “Gran Hermano” y también a los chistes dentro del ambiente televisivo que la tachan de ser la enésima copia de “Los Treinta”.
Pero el hecho de que tanto el matinal que conduce José Antonio Neme junto a Karen Doggenweiler y el noticiero de Rodrigo Sepúlveda tengan tan buenos resultados llama la atención, porque son dos figuras que han tenido escándalo por sus opiniones respecto al acontecer nacional. Y el problema radica en que ellos dicen un guión pues su personalidad y su desfachatez a la hora de comentar diferentes sucesos es puesta a contrapeso, pues relativamente callan otras situaciones.
Por ejemplo, el desafuero a la Doctora María Luisa Cordero ni siquiera fue abordado en la pauta del matutino, mucho menos de su noticiero central. El tema era importante pues se tocó en las pautas de sus competidores, pero en Vicuña Mackenna decidieron omitirlo, y en su lugar siguieron buitreando con el caso de una figura irrelevante incluso en la política regional como lo fue Camila Polizzi. Sería bueno entonces que, en honor al pluralismo que tanto defendemos en este sitio, ambos tuviesen un tratamiento equitativo.
Pero dentro del mundo al revés Megavisivo nada de eso ocurre y los lobos pueden ser ovejas, como el tan criticado espacio que tuvo una marcha del Team Patriota en donde el comentarista deportivo negó la presencia de Pancho Malo, diciendo apenas que es “una marcha pacífica que no tiene color político”. Segundos después el peligroso barrista sería enfocado por la cámara del mismo canal. A pesar de aquello, al día siguiente, “Sepu” le echó la culpa al empedrado y dijo que “si lo hubiese visto yo diria que estuvo ahí”, ignorando que la imagen lo mostraba. “Relajen la vena” mandó a decir violentamente a sus detractores.
Tampoco existieron las polémicas enmiendas del Partido Republicano, las cuales no tuvieron la reacción emplazante que sí han tenido con figuras del oficialismo, como la que tuvo José Antonio Neme con Maite Orsini, llamándola a que “se dedique a legislar” ignorando que ha tenido una asistencia casi perfecta en las sesiones y ha impulsado proyectos de ley como la que busca terminar con los requisitos irrisorios a la hora de buscar arriendo.
Sumado a ello, el mismo Neme quien trató de “gentuza” a los habitantes de la Región del Bio-Bio, fue a despachar allá por el caso de la Fundación En Tí, en donde tomó la palabra a un transeunte que le pidió la renuncia al Presidente Boric. Sin asco ni ningún llamado a la mesura por parte del mismo rostro televisivo, devenido en un “polemista” o “telepredicador”.
A pesar de todo ello, tanto “Mucho Gusto” como “Meganoticias Alerta” gozan con el liderazgo en cada una de sus franjas, y es por el problema que hoy tiene nuestra TV: El avejentamiento de su audiencia. Según la visión de los comentarios en redes, la llamada “Generación Z” no pasa a ambos opinantes, mientras que el público que sí los aprueba está en gente de más avanzada edad que cree sin contraste todo lo que dicen ambos comunicadores.
Además, organizaciones ultraderechistas y tiktokeros de dicha facción que acostumbran a desinformar y viralizar los comentarios de Mosciatti o las desaforadas reacciones de diferentes cloacas del cable también han compartido opiniones como las de ambos conductores.
El liderazgo de Mega no es incuestionable, de ninguna forma. Hubo sucesos que no pasaron por las pautas de su noticiero central, así como también le han bajado el perfil a la situación económica del país que ha dado signos de mejora, como lo demuestra el último IMACEC, cuyas cifras tampoco pasaron por su agenda informativa. El problema es… ¿Cómo hacer frente para que la mesura no se la lleve la ambición de un grupo desquebrajado económicamente como el Grupo Bethia, cuyo negocio con Falabella ha dado notorias señales de pérdida?