Marcelo Tinelli inició anoche (04) después de largos meses de silencio y el fracaso de su último proyecto en El Trece (“Canta Conmigo Ahora”), un nuevo año de su “Bailando” ahora en América, su nueva casa televisiva en la que además es gerente de programación.
La trastienda de su llegada fue caótica: Se supo que el “cabezón” tiene una cantidad de cheques protestados, además de denuncias de no pago de salarios. De hecho Inés Roller, una exparticipante de su anterior estelar, deseó en sus redes sociales que paguen los sueldos.
A ello se le sumó algo extratelevisivo como lo fue su horripilante y fugaz paso por la presidencia del club de sus amores, San Lorenzo de Almagro, que a su mando terminó en la crisis más grande de su historia, similar a la de un club del fútbol amateur español en cuya gestión terminó quebrando y desapareciendo.
Con todo, el pasado lunes comenzó su show con el clásico sketch del falso doblaje, esta vez con la película furor del momento, que es “Barbie”. Luego el musical en donde la modelo y actriz Flor Vigna también demostró sus dotes para el canto, para luego junto al cuerpo de baile y al son de “Twist and Shout” de The Beatles, aparecer en el plató mientras las autoridades y rostros del Canal 2 de La Plata estaban en primera fila.
Posteriormente y luego de su clásico “¡Buenas noches América!” que con el cambio de canal tomó un nuevo significado, apareció Cristian Castro con la canción que identificará esta nueva temporada, con un llamativo pelo verde que no dejó indiferente a nadie.
Sin embargo, en el desarrollo de su “season premiere” hubo un detalle que no cayó bien en las redes sociales: No hubo una sola mención u homenaje a la muerte de Silvina Luna, quien estuvo durante cuatro veces como participante y del mismo modo, y más después de conocida la muerte de su deceso, se viralizó un video en el que Marcelo Polino se burlaba de la operación que terminó costándole la vida, de la misma forma con las humillaciones a su persona de Moria Casan que incluso la dejaron llorando en cámara. Y es que después de tanto sufrimiento y con la rosarina en el cielo, habría venido bien un pedido de disculpas, aunque fuese tardío.
De esta manera, el hombre de Bolívar que iniciara como un humilde relator y comentarista deportivo, hoy enfrenta un nuevo año en un escenario dificil y tumultoso, mucho más que las piruetas con las que los nuevos aspirantes (principalmente del “Gran Hermano” de allá) quieren conquistar a una audiencia que ya no lo ve como el mismo rey del rating de los noventas y dosmiles.