Hace algunas semanas en “Buenos días a todos” (TVN), la modelo farandulera María Eugenia Larraín anunció que quería volver a intentar una carrera musical, la misma que solamente el mundo farandulero se tomó en serio.
Cabe señalar que en 2011 acaparó todos los estelares y matinales con una canción llamada “Mi mundo sin tí”, la cual ni el autotune pudo corregir sus serias limitaciones vocales, pero que incluso un matinal de la época llamó como “el hit del momento” a pesar que ninguna radio tocó su canción.
Además, su primer intento vino en un momento en que comenzaban a sonar otros destacados intérpretes como Camila Moreno, Javiera Mena, Denise Rosenthal y otras figuras nacionales, que no tuvieron la vitrina que tuvo la blonda.
Hoy lo quiere intentar con otro tema, pero según reveló a LUN, con un nombre artístico que genera muchas suspicacias y que además carece de originalidad: “Kenitta”. Ni propios ni ajenos pueden dejar de relacionar el evidente parecido de su seudónimo con Anitta, la popular artista brasileña vigente desde hace ya diez años y que a punta de esfuerzo y dedicación ha logrado internacionalizar su carrera.
Sumado a que, a diferencia de Larraín a quien no se le conocen causas sociales que apoye, Larissa do Macedo Machado ha sido una ferrea opositora del expresidente, hoy inelegible, Jair Bolsonaro; además de ser una férrea defensora de la floresta amazónica.
Con esto, la farandulera tiene todo en contra si quiere ser tomada en serio en la industria musical. Viene en un momento donde debe competir con figuras mucho más prestigiosas y talentosas (Denise Rosenthal, Francisca Valenzuela, KYA, Loyaltty, Soulfía, Cami, Shirel, Javiera Mena, etc) y cuyas carreras están absolutamente bien cuidadas; y en segunda, deberá afrontar eventuales críticas relativas a la similitud de su nombre artístico con la artista carioca.