Esta mañana (06) se conoció la triste noticia del fallecimiento de un hombre fundamental para la historia de la música chilena, principalmente de los años ochentas. Hablamos de Carlos Fonseca, un hombre fuertemente vinculado al contestatario movimiento del rock de los años ochentas, que nos dejó a los 62 años.
El destacado hombre había sido diagnosticado de cáncer al riñón, debiendo ser internado en la Clínica Indisa. Al momento de su deceso, no dejaba de estar presente pues según informa Culto LT, estaba creando una reedición de las míticas Raras Tocatas Nuevas de Rock & Pop.
Su nombre pasaría a la historia por ser considerado como el tipo que descubrió a Los Prisioneros, y quien impulsó su carrera durante los ochentas y principios de los noventas. Su vocalista, el histórico Jorge González, declaró al citado medio que él “ha sido una persona muy importante en mi música y en la de muchos otros. Vayan mis condolencias a su gente, en especial a su hijo”.
A sus palabras se sumó otro integrante del trio sanmiguelino, Miguel Tapia, quien comentó que “fue una persona vital en la vida de Los Prisioneros. Desde el principio y hasta el final. Desde el comienzo, cuando escuchó un demo muy mal grabado de nuestra parte y confío de manera inmediata en nosotros como grupo. Siempre pensó que podíamos llegar alto”.
Su interés por la música lo llevó a abrir en 1981 la disquería Fusión, en el Drugstore de Providencia, donde comenzó a promocionarse la música de Los Prisioneros en 1981, en donde Tapia y González trabajaban como vendedores, según relata La Tercera.
También impulsó la trayectoria de bandas memorables como Nadie, Emociones Clandestinas y los primeros años de La Ley, con Shia Arbulu en la voz y en el primer disco del conjunto con Beto Cuevas, denominado “Desiertos”.