Se que hablar del término “guerra” en estos días suena bastante mal, pero precisamente esta última semana hemos estado en presencia de una estimulante batalla por el rating en la televisión abierta, escenario pocas veces visto en estos últimos diez años, periodo donde Mega ha dominado gran parte de la sintonía diaria.
La competencia por los realities ha sido hasta el momento más estimulante de lo que pensábamos. Tierra Brava ha resultado ser mucho más que un contrapeso para Gran Hermano, su natural rival, sino que ha ha sido una verdadera amenaza para la estación de Bethia, del cual ha ido acortando distancias entre el programa de telerrealidad de la estación de Luksic con la programación estelar de Mega, entre ellas la telenovela nocturna Generación ’98.
El reality de Canal 13 no solo ha estado quitando televidentes del franquiciado de Endemol sino que ha estimulado en abrir la puerta al tradicional televidente de los realities de Canal 13, quien esperaba la tradicional fórmula de un espacio que combina famosos y desconocidos así como competencias que exigen una alta intensidad física. Tambien la guerra de realities manifiesta ciertas diferencias generacionales como de códigos. Se percibe que Tierra Brava tiene adeptos en un público no tan joven como el que consume Gran Hermano y es por eso que el éxito del programa del 13 no se traduce en alta repercusión en redes sociales, hecho que si ocurría con el franjeado de Chilevisión. Aún así, el reality de la señal naranja ha tenido un alto nivel de visualizaciones a través de YouTube alcanzado más del millón de reproducciones en algunos de sus episodios.
Si ya había una competencia entre los matinales bien intensa desde hace un par de años al menos, hoy la guerra entre las tres principales estaciones privadas se ha extendido a gran parte de las franjas horarias. El único espacio donde Mega se impone con holgura es en la tarde y en anochecer, donde sus telenovelas nacionales superan por largos cuerpos a sus competidores. Pero ya en el resto de los horarios se ve una interesante competencia, algo que se refleja a través del listado de los diez programas más vistos diariamente publicados por Kantar Ibope.
Esta competencia se vuelve todavía más interesante ante la proximidad de los Juegos Panamericanos, ocasión en que al menos en la televisión abierta, tres emisoras van a cubrir in extenso el acontecimiento deportivo. Será la oportunidad donde TVN podría recuperar valiosos puntos de sintonía que podría recomponer la moral a un canal que está situada bien lejos de los tres primeros lugares.
Todo refleja que la televisión ha tomado un nuevo aire, en donde ha vuelto a tomar una presencia social que no se había reflejado desde hace tiempo. Incluso el último partido de la selección marcó unos altísimos 40 puntos de rating promedio, a sabiendas que el fútbol vive una crisis tanto deportiva como institucional y la atención por “La Roja” no se asemeja a la vivida en los años de la “generación dorada”. Esperemos que sea este el estimulante que genere que otros contenidos vuelvan a ser atractivos para el gran público y que la industria nacional vuelva a tomar mayor complejidad.