Hace algunos días, el programa “Col-lapse” de TV3, la televisión pública catalana, tuvo una invitada de excepción: La cantante británica Samantha Fox.
Uno de los mitos eróticos de los años ochentas, que en nuestro país tuvimos cantando en el estelar “Una vez más” en 1990 y cinco años después en “Venga conmigo”, ambos en UCTV, se sinceró sobre su exitoso presente, ya que hace poco fue participante de “MasterChef Celebrity” en la BBC.
En diálogo con la cadena, la hermosa artista londinense destacó que sigue en lo que ella definió como “la montaña rusa del mundo de la música, pero con un ritmo más relajado”.
Si bien inició su carrera a los 14 años, fue en 1983 cuando apareció por primera vez en la “Page 3” de The Sun, un simil británico de la “Bomba 4” de La Cuarta, para luego hacerse conocida internacionalmente a los 21. “Estaba preparada porque siempre había soñado en ese momento, pero a veces me sentía superada”, declaró la bella Fox.
Fue un ícono ochentero y su belleza la hizo ganar muchos admiradores, pero también otros sencillamente depravados. La artista comentó a TV3 que “no acostumbraba a recibir cartas desagradables”, sin embargo aclaró que “toda la vida he tenido un guardaespaldas”.
“Yo tengo fans muy bellos, pero nunca se sabe, solo necesitas encontrarte con una persona desagradable. Debemos protegernos”, señaló. La intérprete de “Touch Me” había expresado que en dicha década había una persona que le enviaba fotografías de zorros muertos, el cual “intentó entrar en mi casa, rompió el cristal de la ventana. Lo pasé muy mal, tuve que marcharme de casa”.
Recientemente, Samantha Fox hizo pública su orientación sexual al declararse bisexual, lo que la hace defensora de los derechos de la comunidad LGBTIQ+. “Entonces, fue muy difícil hacer pública mi bisexualidad” reflexionó, sin embargo se enorgullece de que “ahora todo el mundo pueda hablar abiertamente de su sexualidad”.
Ella expresó que el 70% de sus fanáticos eran hombres heterosexuales, por lo que les daba miedo perderlos. Felizmente no fue así y se alegra mucho de que en ese mundo “no decidiera dejar de salir del armario por ello”.