Desde 2014 que Mega ha gozado del éxito gracias a su receta de “novelas retail”, a la que se sumó un bien rentado matinal y realities donde se impulsaban a figuras tóxicas como Oriana Marzoli. La pérdida del mismo en 2021 por parte de Chilevisión encendió las alarmas, pues la propuesta de Paramount fue entretener e informar.
Sin embargo, en Vicuña Mackenna recogieron el guante y emprendieron el llamado “Operativo Desánimo” con el que, a pesar de las críticas y los cuestionamientos en sus redes sociales, es inamovible del primer lugar. Aunque claro, debemos hacer la salvedad de que no es del todo gracias a sus polemistas, sino que más de su área de ficción, el que mantiene cierto nivel de cordura.
Lo cierto es que la llamada “Agenda Mega” impuesta por la dirección de prensa de Gianfranco Dazzarolla ha hecho gala de una manera terrible de ser un medio opositor: Ningunean los logros que ellos mismos reclaman, dejan plantado incluso a ministros como Camila Vallejo, hostigamiento de parte de sus rostros a sus críticos y una pauta con contundencia negativista en donde el robo, el asalto y la sangre imperan.
José Antonio Neme, el mercader de la desesperanza
La pauta negativa parte desde muy temprano con los arrebatos de José Antonio Neme en “Mucho Gusto”, donde es habitual de su parte ver sus opiniones sobre cualquier cosa.
Dentro de su rol de difusor de negativismo, ha emprendido contra el Presidente Boric y ha alzado la voz del miedo frente a la delincuencia. Fue él, de hecho, quien se negó a difundir las medidas de prevención sobre los virus respiratorios en el invierno porque “no era médico”, en cara del doctor y exministro Osvaldo Artaza.
También las emprendió contra los críticos de los matinales que le cuestionaron que se baje el perfil a escándalos vinculados a la derecha. Pues la crítica más brutal es que hay mesas donde Democracia Viva y Camila Polizzi son mucho más intensos que, por ejemplo, el caso Torrealba o las horas extras en Las Condes.
Neme optó por burlarse de los críticos y con un megáfono empezó a dar una por una las responsabilidades de gente vinculada a Chile Vamos y el Partido Republicano, también llamando a los mismos a “ver Netflix”.
Rodrigo Sepúlveda, de comentarista a meme
Últimamente en redes sociales ha estado latente la imagen de un Rodrigo Sepúlveda que en su tribuna diaria de tres horas de “Meganoticias Alerta” ha endosado cualquier responsabilidad a Boric, es por ello que los memes hacen lo suyo, en donde se le parafrasea reclamando ya sea por el calor que hay en la capital o porque no llega el Viejo Pascuero.
Un “hasta cuando señor Boris” que toma con sátira lo que es su programa, en donde tuvo la osadía de blanquear una marcha del Team Patriota presentándola como una “manifestación pacífica y familiar” mientras la cámara del propio canal enfocaba a Pancho Malo. A la mañana siguiente negó haberlo visto, a pesar de que lo tenía al frente.
En mayo, su frase de que “Estoy agotado, agotado con lo que estamos viviendo, no tengo palabras, no tengo energía” recorrió las redes sociales en forma de meme, en donde siempre se le ve con cara de amargura.
El último increíble arrebato de él vino cuando pidió que exisitese un único partido llamado “Chile” en donde se trabaje por el bien del país, lo que fue recibido por incredulidad de parte de las redes. Pero el pero fue cuando, después de una crítica de Boric a los matinales por no cubrir la inauguración de una plaza donde había un mausoleo narco en Renca (que de hecho, fue denunciado por el mismo canal), el comentarista deportivo le bajara el perfil y dijera que no puede cuando hay delincuencia y corrupción en el país.
Un descriterio que cuesta caro
Es tal el descriterio imperante dentro del área de prensa de Mega que en el marco de su abultada pauta delincuencial, se han transmitido imagenes de asaltos, asesinatos e incluso sesiones de tortura del “Team Patriota” en donde el difuminado no alcanza siquiera a censurar partes que pueden ser perturbadoras para el horario en que se emite.
Varias veces tanto “Meganoticias” como “Mucho Gusto” han sido sancionados por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) por la emisión de este material escabroso que Dazzarolla ordena emitir sin ningún tipo de asco. Claro, pareciera que dentro de las arcas en déficit del Grupo Bethia deberá alcanzar algo para pagar las multas al ente de Providencia.
Es tal el nivel de paranoia de un porcentaje no menor de televidentes que cuando se lanzan noticias de sus penas monetarias, muchos acusan censura de parte del gobierno o imposiciones supuestas del mismo para no difundir noticias que perjudiquen a su agenda. Con esto, la “teletiranía”, la visión tan mexicana de que “la televisión siempre dice la verdad”, está instalada en un sector conservador nacional, e incluso en muchos referentes supuestamente de centro.
Ahora, dentro del panorama de prensa, lo más normal hoy es no ver noticieros ni matinales. Muchos psicólogos han debido recomendarlo por exceso de carga negativa de los mismos.