Las cifras así lo demuestran y ratifican: Nunca en la historia se había consumido y difundido tanta música chilena como hoy. A través de plataformas digitales, diversos artistas se han instalado en nuestro robusto cancionero nacional, así como otros se han reencontrado con su viejo público, y robado el corazón de las nuevas generaciones.
Sin embargo, aún deben luchar contra la indiferencia, y muchas veces, el desprecio de nuestra pequeña pantalla. En el caso de las televisoras privadas, solo escasos canales han difundido las canciones con las que encantan a grandes y chicos. Y son las que, por compromiso, han apoyado la difusión como Bio-Bio TV y TVR a través de programas como “Tu Conexión Matinal” y “La Previa”.
El resto de los canales solo se preocupa, en la mayoría de los casos, cuando llega la temporada estival o la Teletón, que son las únicas instancias en que tienen visibilidad en los medios masivos.
Pero aquí entra nuestra TV pública
Sin embargo, es aquí donde TVN asume la bandera de la difusión de expresiones, como en los tiempos de los estelares que tanto se extrañan, como nos comentó Carlos Tejos en la alfombra roja de los Premios Pulsar, que nuevamente fueron por el canal estatal.
La participación de Princesa Alba y el rejunte de artistas pop urbanas femeninas como Akrilla, Loyaltty, Kya, Soulfía y Shirel, demuestran que en cuanto a calidad, talento y prestancia en el escenario, no tienen absolutamente nada que envidiarle al pop gringo que tanta referencia se tiene en cuanto a cómo ser correctamente un famoso.
A ello se juntan el excelente show de Denise Rosenthal en los Juegos Panamericanos, la de Karen Paola en el cierre de la Teletón en la Quinta Vergara y otros momentos que han puesto en lo alto a nuestra música popular.
Asimismo, fuera de los eventos de rigor, a través de programas como “Hora 25”, “Buenos días a todos” y “Sesiones 24” se ha ofrecido una vitrina que muchos artistas agradecen, y del mismo modo, imploran que sea más masivo porque es necesario.
Cada vez más fanaticada
Otros programas dentro de la TDT y la televisión de paga han puesto en lo alto a nuestro pop. Han surgido espacios como “Repertorio CL” de UChile TV, quizás uno de los pocos donde se puede apreciar lo que hacen, sus novedades y entrevistas.
Asi también han surgido en redes sociales comunidades en torno a los artistas de hoy. Cuentas de Instagram como @chileanqueensplaylist han difundido las novedades y los conciertos, incluso asumiendo la misión que la televisión abierta renunció porque sencillamente se olvidaron de algo tan sencillo como la transversalidad.
La preponderancia de lo digital
En el mundo de internet se hicieron conocidos y también han tenido una amplia visibilidad. A la usanza de los viejos y queridos estelares de conversación de antaño, podcasts digitales como “Hazte ver con Maly Jorquiera”, “La Junta”, “Soy hija única” y otros han cumplido el rol de la pantalla lineal.
Ahí hemos conocido a las personas detrás de los cantantes y hemos conocido sus penas y alegrías, sus triungos, sus emociones, y en todos hay algo en común: Su preocupación por la salud mental.
Y nuevamente la televisión lineal queda rezagada
En este portal hemos defendido que la alza de la presencia artística puede ir en beneficio de mejorar la percepción no solo de la industria, sino que también de cómo la ciudadanía percibe a la tele, y por qué no decirlo, del país y su sociedad. No es tan difícil, así se logró a cabalidad en los noventas cuando hubo cierta apertura.
“¿Cuándo fue la última vez que una buena música le llegó al alma?” decía un spot de la ACHAP en 1980. Esa misma pregunta se la hacemos a usted, estimado lector.